Teresa

Teresa: Una mujer para la eternidad

· Crítica de Teresa | Estreno 24 de noviembre de 2023.
· El talento interpretativo de Blanca Portillo y Asier Etxeandia depara un combate apasionante, un viaje por el libro de la vida de la santa que retrata la cámara de Rafa García de manera poderosa.

La calidad -en fondo y forma- de lo que escribe Juan Mayorga es bien conocida. Es un dramaturgo de enorme valía que entre sus virtudes cuenta con la capacidad de leer muy bien las obras de personajes históricos y la propia vida de los autores de esos libros en su contexto histórico. Sin traicionar al personaje, Mayorga lo acerca de manera brillante al espectador logrando su interés y su emoción. La lengua en pedazos es una obra de teatro formidable. Con ella, ganó el Nacional de Literatura hace 10 años.

Cuando Paula Ortiz toma la obra de Mayorga y la hace película realiza un trabajo exquisito. Ortiz (Zaragoza, 1979) es culta, inteligente y sensible. Aprovecha bien su condición de filóloga y doctora en Estética y Artes visuales (con tesis sobre escritura de un guion de ficción siguiendo las últimas propuestas metodológicas norteamericanas). Lo apunto porque estamos ante una película muy hermosa que se acerca con audacia, honestidad, respeto y mucha inteligencia a un personaje fascinante, Teresa de Jesús (1515-1582). Repito: Teresa de Jesús. A algunos se les olvida: Teresa se encuentra por un pasillo de la Encarnación a un niño muy guapo y le pregunta quién es. El niño repone «¿y, tú, quién eres?«. La monja responde “Soy Teresa de Jesús”. Y Cristo le replica: “Pues yo soy Jesús de Teresa”. Si no se entiende esto, escribes estupideces sobre esta mujer por muy ingeniosas que parezcan.

Lo que hizo Paula Ortiz en Al otro lado del río y entre los árboles con Hemingway fue una demostración de talento poco común, por las peripecias que rodearon su llegada a un proyecto al que se incorporó cuando estaba muy avanzado. No quería dejar de señalarlo, porque la película es muy notable y muchos no la han visto.

Teresa es una joya que navega por el tiempo, ese tiempo de caminar de una monja inquieta y andariega que se ve cuestionada por la Inquisición, a la vez que tiene en Felipe II un entusiasta seguidor. Una mujer que se sabe metida en el corazón del amor de su vida y que busca el encuentro en la clausura. Pero su Dios la manda al mar del mundo para levantar palomares, caiga quien caiga, aunque se levanten muros, aunque los buenos contradigan, aunque se hunda el mundo… El guion ha captado muy bien el cansancio y la vitalidad, el arrojo y la mansedumbre, la audacia y la prudencia proyectadas en el tiempo.

«Más yo digo a su paternidad que tengo tan poco miedo a sus fieros* que yo me espanto de la libertad que me da Dios, y así dije al rector que, en cosa que entendiese se había de servir, que toda la Compañía ni todo el mundo sería parte para que yo dejase de llevarlo adelante…» (Carta a Jerónimo Gracián. Pastrana, 16 febrero 1578).

El talento interpretativo de Blanca Portillo y Asier Etxeandia depara un combate apasionante, un viaje por el libro de la vida de la santa que retrata la cámara de Rafa García de manera poderosa, con el intenso regusto poético y metafórico de muchos textos de la abulense. Teresa es tan efervescente, que remueve el corazón y la cabeza de quien se le pone delante. Con su lengua en pedazos nos quiebra y nos requiebra. Nos arrebata.

“Así que ahora tenga paciencia, que siempre suele Dios traer tiempos para cumplir los buenos deseos» (Carta a su hermano Lorenzo, 10 de febrero 1577).

Acabo con esta cita, porque Mayorga primero, Ortiz y Javier García Arredondo después, como guionistas, leen perfectamente que Teresa ama a la Iglesia a pesar de los pesares. La sabe misterio. Siempre misterio, con su Amado que tantas veces parece dormido en la barca agitada por la tempestad, mientras los tripulantes hacen lo que pueden. En el siglo XVI y ahora. Paciencia: solo Dios basta.

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*Amenazas, bravatas. Por cierto, qué maravilla que el castellano maravilloso de Teresa se conserve razonablemente en esta película.