The eye 2

Su punto fuerte reside en la versatilidad de los Pang en el campo de la edición y del efectismo visual

The eye 2 (2004), de Oxide Pang Chun y Danny Pang

The eye 2: Jugar al despiste

The eye 2 | El ámbito de la secuela se torna bastante confuso cuando se aprovecha el tirón comercial que tuvo una película, para crear un proyecto muy diferente pero con idéntico título. De este modo se consigue atraer al público con la promesa de una línea argumental paralela o continuadora, aunque la norma se quebrante con fines exclusivamente económicos y se asista al desarrollo de una película que nada tiene que ver con lo esperado.

Es por esta senda por la que se han decantado los hermanos Pang a la hora de realizar The eye 2, segunda parte del film estrenado en 2002. Si bien es cierto que ambas películas se mueven en los vericuetos del cine de terror paranormal, no lo es menos que ni las tramas son parecidas ni los resultados similares. En esta ocasión, el argumento se centra en Joey, una joven algo psicótica, que acaba de romper con su novio y que tras una tentativa de suicidio descubre dos hechos fundamentales: que puede ver a los espectros que vagan por la ciudad y que está embarazada.

La debilidad argumental inicial y la pobreza general del guión, firmado por Jojo Hui, quien ya había participado en la primera entrega, van aumentado a medida que se suceden las escenas absurdas (el violador nocturno) y las situaciones que desdeñan el terror a favor del morbo o de lo desagradable (escena del autobús). A medida que la trama se vuelve risible, los actores van perdiendo toda la credibilidad en sus personajes hasta llegar al absurdo en la secuencia nocturna del hospital que cierra el film. Esta circunstancia alude a la falta de capacidad de los hermanos Pang para afrontar la dirección de actores; más si tenemos en cuenta que Shu Qi (Joey Cheng) es una estrella en el mercado asiático y ha visto reconocido su talento con varios premios, entre los que destaca los obtenidos en el Hong Kong Film Awards.


Sin embargo, los directores no renuncian a algunas de las estrategias que hicieron de The eye un film interesante. Su punto fuerte reside en la versatilidad de los Pang en el campo de la edición y del efectismo visual. Imbuidos en la tendencia del cine de terror asiático, consiguen dotar a su montaje de una personalidad propia gracias a una serie de decisiones arriesgadas, aunque más tarde opten por abandonarlas. Nos referimos concretamente al primer tramo de The eye 2. Los directores centran sus esfuerzos en el punto de vista del film, de tal forma que todo lo que sucede es presenciado por Joey (aludiendo al sentido de la vista detonante de la trama en el film anterior). Apuestan por fundidos a negro prolongados para que el espectador sea consciente de que todo lo que va a presenciar es presenciado por la protagonista, de que no hay nada cuando Joey cierra los ojos.

Quizá por el peligro de impedir la identificación del espectador por la frecuencia de éstos o porque ya se ha conseguido la conexión con The eye, pasados unos veinte minutos la película abandona el mimo y la inteligencia del montaje inicial y adopta un tono más convencional, acorde con los convencionalismos y las carencias del género. Poco a poco The eye 2 comienza a copiar estrategias de otras películas predecesoras, se va perdiendo interés y uno sólo puede quedarse atónito ante las infinitas coincidencias y los desafíos a las leyes de la física.

Ficha Técnica

  • País: Hong Kong/Tailandia (Gin gwai 2 (Jian gui 2), 2004)
  • Fotografía: Decha Srimantra
  • Montaje: O. Pang Chun, D. Pang
  • Música: Payont Permsith
  • Distribuidora: DeAPlaneta
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