Tick, tick… Boom!

Tick, tick… Boom!: Repetir hasta que salga

· Crítica de Tick tick Boom! | Estreno 19 de noviembre de 2021 en Netflix.
· Resulta excelente el trabajo de Andrew Garfield. Es de sobra conocido que los musicales no solo requieren de grandes actores, sino que el canto y el baile son aptitudes igualmente imprescindibles.

Tick, tick… Boom! es un musical sobre un musical. La obra, basada en la vida del autor teatral Jonathan Larson, narra cómo vive una particular crisis de los 30 enfrentándose a grandes temores personales y laborales. Larson lleva luchando muchos años por sacar adelante su gran proyecto, el musical futurista Superbia.

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Lin-Manuel Miranda hace su debut como director con una historia que por momentos se entrelaza con la suya propia. Desde la última fila del teatro, un adolescente Miranda quedó impactado por Rent (1996), la obra de Jonathan Larson. La huella que le dejó le inspiró para escribir su primer musical, In the Heights (2005), cuando tan solo era universitario (el musical ha sido llevado al cine este año, muy intenso para Miranda). El hecho de que ahora él dirija Tick, tick… Boom! cierra el círculo en esta historia de admiración. La carencia de experiencia del director hace que falte ritmo en los dos primeros tercios de la película. El arranque es lento, aunque va cogiendo tono poco a poco. Y es que al guion de Steve Levenson le falta fluidez y solidez dramática. La idea de mezclar el musical con la vida diaria de Larson hace que el visionado sea confuso, porque no termina de salir.

Sí resulta excelente el trabajo de Andrew Garfield. Es de sobra conocido que los musicales no solo requieren de grandes actores, sino que el canto y el baile son aptitudes igualmente imprescindibles. Miranda tuvo claro que Garfield era el indicado para interpretar a Larson tras verle actuar en Broadway en Angels in America (1991). Por otra parte, el trabajo de Alex DiGerlando como diseñador de producción ha sido vital para conformar el espacio donde llega la inspiración, el piso de Jonathan.

El sonido más recurrente en la película es el tictac del reloj que muestra el conflicto interno del personaje: Jonathan sueña a lo grande y es muy ambicioso, pero tiene la gran presión del estreno de su musical en un taller de teatro sin haber escrito aún la canción más importante de la obra. A punto de cumplir 30 años, aún está aprendiendo a lidiar con una vida adulta de facturas por pagar y problemas amorosos. Podríamos decir que la obra gira en torno a la fugacidad de la vida y al precio de los sueños. Este planteamiento recuerda a la filmografía de Damien Chazelle (La La Land, Whiplash) donde las tramas principales giran en torno a qué hay que dejar atrás para poder alcanzar una meta.

Para los aficionados a los musicales de Broadway hay easter eggs escondidos: objetos propiedad de Larson, cameos de actores, escritores, productores y artistas que han brillado en los últimos 40 años de Broadway: desde Chicago (1975) a Hamilton (2015). La película retrata la búsqueda de la inspiración en cualquier rincón, ya sea en un estudio de música o en el metro con un bloc de notas. Como dijo Jonathan Larson: “La creatividad llega en cualquier lugar, solo hay que estar dispuesto a escucharla”.

Larson quería dar voz en sus obras a temas sociales del momento como los devastadores efectos de las drogas y el SIDA. Comparando sus dos obras principales existe un claro parecido entre los conflictos de los personajes de Rent y los de Tick, tick… Boom! Larson murió joven y no pudo ver la llegada de Rent a Broadway y su éxito en taquilla, el Pulitzer y el Tony. Quizás por eso, también resuena en la cabeza del personaje que encarna Andrew Garfield ese continuo tictac hasta que llega el anhelado boom.

*Escrita la crítica, falleció el pasado viernes 26 de noviembre de 2021 Stephen Sondheim. Tenía 91 años. Letrista y compositor, ha sido una figura imprescindible en el musical, ocupando un importante papel en la carrera de Jonathan Larson, como se cuenta en la película. Descanse en paz.