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Todos están muertos

Música acertada y protagonistas femeninas magníficas, pero el desarrollo de la historia es deficiente

Todos están muertos

Todos están muertos: El ave fénix de la «era Tocata»

En Todos están muertos, la música es acertada y las protagonistas femeninas están magníficas, pero el desarrollo de la historia es deficiente.

Hay que reconocer a esta película que tiene dos grandes ventajas: una premisa original y una actriz protagonista, Elena Anaya. Ella es Lupe, una mujer que no sale de casa desde hace años, a pesar de haber sido una cantante muy famosa en los años ochenta. El grupo se llamaba Groenlandia (buen nombre para un grupo ochentero), y en él estaba también su hermano que murió en un trágico accidente. Con la ayuda de su madre y la memoria de su hermano, la vida de Lupe intentará recomponerse.

Aunque tiene buenos detalles (los créditos, las interpretaciones de Elena Anaya y la mejicana Angélica Aragón, el arranque de la película), el desarrollo y desenlace son muy decepcionantes. Pesa mucho la voz en off y la interpretación mortecina del jovencísimo Christian Bernal, un actor primerizo al que se le da demasiado peso dramático. También están muy desaprovechadas las tramas secundarias de dos jóvenes tan solventes como Macarena García (BlancanievesNiños robados) y Patrick Criado (La gran familia española). En definitiva, una película fallida pero distinta y con algunos detalles interesantes.


Ficha Técnica

  • Fotografía: Álvaro Gutiérrez
  • Montaje: Nacho Ruiz Capillas
  • Música: Akrobats 
  • Duración: 89 min.
  • Público adecuado: +18 (XD)
  • Estreno en España: 30.5.2014

España, Alemania, México, 2014. 

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