Toro salvaje

Toro salvaje. Edición definitiva

Después de 6 nominaciones, Martin Scor­­se­se (Nueva York, 1942) recibió el Oscar por Infiltrados el pasado mes de abril. Para muchos fue demasiado tarde. Y es que este director ita­loameri­ca­no tiene en su filmografía películas como Taxi Driver (1976), Toro salvaje (1980) o Uno de los nuestros (1990), que con el pa­so del tiempo han consolidado su prestigio de obras magnas. En concreto Toro salvaje es, para mu­chos, la película más influyente de los 80 junto con Blade Runner (1982) de Ridley Scott, y una de las mejores de la historia del cine.

En esta edición definitiva se hace un jus­­to homenaje a la película con un com­pleto elenco de voces (productores, guionistas, actores, críticos de cine) que comentan la grandeza de esta cinta in­có­mo­da, dura y desagradable basada en la biografía del boxeador Jack LaMotta.

En estos contenidos se cuenta cómo la pe­­lícula nació gracias al interés de De Ni­ro, que intentó convencer a Scorsese durante años para que dirigiese la película. Actor y director ya habían trabajado juntos en Malas calles (1973), Taxi Dri­ver (1976) y New York, New York (1977), y les unía una gran amistad. Pe­ro al parecer a Scorsese no le interesaba la historia y no se sentía cómodo en un argumento centrado en el boxeo, deporte al que nunca ha­bía tenido la más mínima afición.

Finalmente De Niro consiguió convencer a Scorsese mostrándole las posibilidades de una película que se sumergía de lleno en un ambiente degradante y vio­lento, en el que el director de Queens se mueve co­mo pez en el agua.

En esta Toro salvaje. Edición definitiva hay varias lecciones magistrales sobre dirección, mon­ta­je e interpretación que no se encuentran fácilmente en este tipo de ediciones. Los comentarios de Schoonma­ker (ganadora del Oscar por el montaje de la película), del propio Scorsese, Schra­der (co-guionista de la película) o De Niro (que fue capaz de engordar casi 30 kilos para hacer creíble la degeneración de LaMotta, con la que ganaría su segundo Oscar), mues­tran el realismo ge­nuino de esta película de boxeo casi contraria a los planteamientos artísticos y antropológicos de la oscarizada Rocky (1976).

Aparte, como valor histórico y documental, en los extras se incluyen imágenes de combates reales de LaMotta y de­clara­cio­nes actuales del boxeador. En­tre otras cosas LaMotta cuenta cómo al terminar de ver la película de Scorsese se quedó bastante deprimido y no pudo evitar preguntarle a su segunda mujer (mag­níficamente interpretada en la película por Cathy Mo­riarty) si realmente había sido una persona tan terrible. «No, Jack. Tú eras bastante peor», fue la demoledora respuesta.