Triple agente: El rayo que no cesa

Eric Rohmer (84 años) es el rayo que no cesa de hacer películas desde 1959; es el suyo un hacer siempre crea­dor y de calidad. En su anterior película –La inglesa y el duque (2001)– trataba desde una original perspectiva y original manera epi­sodios previos a la Revolución Francesa; Triple agente tiene en común con ella que surge de una lectura que le interesó, y trata de un hecho histórico, situado en la inminente (1937) ocupación nazi de París.

El suceso tiene lugar en un ambiente de agen­tes diplomáticos («todos ellos espías en mayor o menor grado»), con el telón de fondo de las negociaciones secretas entre soviéticos, nazis y franceses durante la etapa del Frente Popular y de la Guerra Civil espa­ño­la. Pero ese «ambiente de agentes diplomáticos», de espías en época de guerra, no es presentado directamente, sino -salvo excepciones- a través de la vida doméstica y cotidiana, en los quehaceres comunes y situaciones ordinarias. Ahí es donde siempre se ha movido con maestría el guionista Rohmer.

Fiodor, el triple agente, ruso, está casado con Arsinoé, griega, pintora y ama de casa; ella inicia una relación de amistad con el ma­trimonio vecino, ambos mantienen también una escueta relación amistosa con otro matrimonio: pocos más que estos personajes son los que dan pie indirecto al desarrollo oscuro y trágico de ese mundo de traición y de intereses políticos. La enfermedad de Ar­si­noé supone un cambio de escenario, así co­mo las es­casas escenas de ambiente diplo­má­tico. La acción criminal está ausente: to­do sucede -¡pero sucede todo!- en la palabra y en la reacción de los personajes. He aquí la magia de Rohmer, que incluye intriga, sus­pense, tensión…

Magia también en la verdad de esa historia escrita -dice él- con minúscula (porque inventa personajes, diálogos y situaciones): es una historia de 1937, y no porque Roh­mer, al modo de las superproducciones USA, se haya gastado millones en reproducir escenarios, vestuario, etc., de época. No, si­no porque hay una visión sensible, un toque delicado, que está en las palabras usadas en los diálogos, que está en un vestido de Arsi­noé, en una atmósfera casera, en un comportamiento… Magia.

La vida de la historia surge -según él mismo explica- del recuerdo de su infancia, de li­bros leídos -Dostoievski, Conrad-, películas de espías, noticiarios de época…, es decir, del trabajo.

La vida la dan también los personajes en los actores: Serge Renko hace un espía diplomático, taimado, secundario, correctísimo… Katerina Didaskalou, elegante, fuerte en su fragilidad, «muy bella, y me impresionó cómo hablaba francés. Fue la única actriz que vi y la elegí sin dudarlo».

Ficha Técnica

  • Fotografía: Diane Baratier
  • Montaje: Mary Stephen
  • Sonido: Pascal Ribier
  • País: Francia, Italia, España, Grecia, Rusia
  • Año:2004
  • Distribuidora: Alta
  • Estreno en España: 10.10.2004

Triple agente (Triple agent)

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