Tú la letra, yo la música

Tú la letra, yo la música: Buenas noticias

Alex Fletcher es una apagada estrella del pop. En los 80 brilló, pero ahora no es más que una vieja gloria que se ga­na la vida en el circuito de la nostalgia: actuaciones en convenciones empresariales, cenas de carrozones, parques de atracciones, ferias provincianas, etc. En los divertidos títulos de crédito vemos el estilo macarrilla de Alex y su gru­po.

El representante de Alex (un estupendo Hugh Grant, que canta y baila con mucha gra­cia) recibe una oferta de la cantante pop más exitosa, la excéntrica y caprichosa Cora (un clon de Britney Spears), que quiere que Alex le componga una canción. Y así las cosas aparece Sophie (Drew Barrymore, magnética co­mo siempre, que demuestra que la hermosura no es sólo cuestión de tallaje), una treinta­ñe­ra hipocondríaca que viene a regar las plantas del apartamento de Alex.

Me parece que es más que evidente que la co­media romántica es un género en crisis abierta. Si en algún terreno los guionistas suelen que­darse atascados es en el de los amores mezclados con risas, penas y dificultades. Esta ame­na, divertida y tierna película escrita y dirigida por Mark Lawrence no es perfecta, de acuer­do, pero tiene un nivel bastante bueno.

Law­rence consigue una historia desenvuelta y equilibrada, con una llamativa fluidez, cosa infrecuente en este género, en el que últimamente se ha impuesto un estilo muy televisivo, muy situacional. Tú la letra, yo la música saca todo el partido posible a un guión ingenioso que incluye diálogos con mucha chispa y gags de bue­na calidad. Los protagonistas están muy bien y se les nota cómodos en unos papeles cor­tados a medida. Da gusto ver a los magníficos personajes secundarios (la hermana de Sophie, el manager de Alex, la cantante Cora). El director de engendrillos como Miss agente secreto y Amor con preaviso ha subido a Pri­mera. Que dure.