Two lovers: La despedida de Phoenix

Con dos años de retraso llega a España esta película indie que trascendió más allá de los círculos minoritarios, por el hecho de que supuso la última aparición de Joaquin Phoe­nix en pantalla grande antes de que se presentara en los talk-shows estadouniden­ses con pinta de pordiosero, pregonando que iba a dejar el cine para hacer carrera en el mundo de la música. Sería injusto que se la recordase sólo por eso, porque si bien no estamos ante una obra redonda, sí es sin duda lo más interesante que nos ha ofre­cido James Gray, un director aplaudido en ciertos sectores de la crítica por sus inten­tos de modernizar el cine negro (Little Odessa, La otra cara del crimen, La noche es nues­tra), pero que a muchos nos ha parecido siempre bastante inane.

En su cuarto filme, Gray cambia radicalmen­te de registro y se adentra en el territo­rio del drama romántico: Leonard (Phoe­nix) es un neoyorquino soltero y retraído, cu­ya incapacidad para superar el trauma cau­sado por una relación pasada le lleva inclu­so a tener tendencias suicidas. Sus padres intentan ayudarle presentándole a la hi­ja de unos amigos, Sandra (Vinessa Shaw), una chica dulce y comprensiva, que en­seguida siente empatía por su situación. Leo­nard, sin embargo, parece más interesado en Michelle (Gwyneth Paltrow), su veci­na, una mujer de vida ligera que mantiene un affaire con un hombre casado.

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Tal como hacía en sus anteriores películas, el realizador y guionista vuelve a nutrir sus tramas de ingredientes muy clásicos, por no llamarlos clichés. No obstante, a dife­rencia del poco interés que despertaban sus historias de gángsteres o policías, aquí sí logra acercarse al triángulo amoroso de ma­nera madura y honesta, a pesar del obliga­do tránsito por la obviedad. Salvando las dis­tancias y a pesar de que formalmente su es­tilo no tiene nada que ver, y que sus prota­gonistas son mucho más afectados, la mira­da de Gray recuerda algo a la de Rohmer, en el sentido de que alcanza gran agudeza a tra­vés de una percepción desde fuera, desde la calma, sin juzgar en absoluto a sus perso­najes, por mucho que nos cuente un drama de tintes dostoievskianos. De esta forma con­sigue que todas las relaciones, tanto la que mantiene Leonard con las dos mujeres co­mo la que tiene con sus padres, desprendan una fuerza y veracidad indudables.

Two lovers (2008)
Two lovers (2008)

Lo que le sigue perdiendo a Gray es su apa­rente necesidad de distinguirse como autor (muy innecesaria y extraña escena de se­xo en el tejado) y su uso forzado de referen­tes clásicos: el personaje de Gwyneth Pal­trow parece en muchos momentos una me­ra actualización “siglo XXI” de Holly Golightly (se puede escuchar incluso música de Mancini en un momento dado).

El filme también nos recuerda lo buen actor que es Joaquin Phoenix, quien efectiva­mente después de esta película no ha vuel­to a actuar en el cine y no parece proba­ble que lo vaya a hacer a corto plazo.

Ficha Técnica

  • País: EE.UU., 2008
  • Fotografía: Joaquín Baca-Asay
  • Montaje: Joh Axelrad
  • Vestuario: Michael Clancy
  • Duración: 100 m. +18 años (escenas de sexo)
  • Distribuidora: Wide Pictures
  • Estreno: 14.5.2010
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