Un lío inesperado

El título original, Todo nos sonríe, da la clave a esta amable comedia, que tiene el arranque de un vodevil. Audrey y Jérôme son un matrimonio feliz, con tres hijos adolescentes. La historia comienza con los planes del fin de semana: los hijos se van a quedar en el piso mientras papá va a acudir a un festival de música y mamá tiene un viaje de trabajo. La realidad es que tanto Audrey como Jérôme han planeado pasar el fin de semana cada uno con su amante. Él en la casa de campo de la famia, ella en un hotel. En un desastroso giro de los acontecimientos, las dos parejas acabarán en la misma casa de campo.

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Un lío inesperado es el segundo largometraje de Mélissa Drigeard (Jamais le premier soir), que utiliza el enredo inicial para hablar con bastante seriedad del matrimonio y sus problemas: propone enfrentarse a los problemas, hablar, mejorar la comunicación, admitir los errores, y hacer un esfuerzo para no pedir el divorcio ante el primer disgusto o decepción. Afirma que la familia es importante y hace participar del lío a tres generaciones, Audrey y Jérôme, sus hijos y sus padres. Muestra que el esfuerzo vale la pena.

El guion necesita un pulido que le habría convertido en una gran comedia. Así como Elsa Zylberstein (BigBug) y Stéphane De Groodt (El juego) hacen un gran papel y están perfectamente definidos, sus hijos están bastante desdibujados. La secuencia de arranque y la final, con la declamación de un poema de mal gusto, desentona del tono general, amable, del filme.