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Un lugar para soñar

Película familiar y blanca basada en una historia real bastante increíble contada con el almíbar clásico de Cameron Crowe

Un lugar para soñar (2011)

Un lugar para soñar: El zoo como terapia

Benjamin Mee es un padre con dos hijos que acaba de perder a su joven mujer tras una fulminante enfermedad. Para sortear la crisis de la pérdida decide cambiar de casa y trabajo. Así trasladará a toda su familia a una enorme finca que incluye un zoo a punto de la quiebra que él intentará revitalizar.

Cameron Crowe (California, 1957) llevaba 6 años sin hacer cine, el mayor período en blanco en su filmografía. Entre sus 8 películas destacan sobre todo Jerry Maguire y Casi famosos (con diferencia, la mejor, ganadora del Oscar al guión). Sin ser obras maestras eran películas con buenos momentos de cine, algunos diálogos ingeniosos. Sin embargo, el resto de su carrera es menos sugerente con películas como Solteros, Vainilla Sky y Elizabethtown.

Un lugar para soñar tiene los defectos clásicos del director: exceso de música, multiplicación de intentos de clímax que deberían emocionar y no lo hacen, personajes secundarios indefinidos, planificación visual carente de personalidad. La ventaja es que en Elizabethtown estaba Orlando Bloom y aquí está Matt Damon, que lo aguanta todo sobre sus hipermusculadas espaldas.


Otro actor saldría diabético del rodaje de tanta escena cursi con ese constante forzamiento del sentimentalismo fácil, pero Matt Damon es uno de los grandes y hace que muchas escenas no se derrumben. Crowe se alarga menos que otras veces en el tempo de las escenas y mantiene un cierto ritmo. Si a eso se le añade la colorida y luminosa fotografía de una grande como Rodrigo Prieto (Babel, La sombra del poder, Wall Street 2), un par de canciones de Cat Stevens (ya utilizado por Crowe en Casi famosos) y una niña simpática que sabe mirar y decir frases de persona mayor sin resultar ridícula (Maggie Elizabeth Jones), la película es un entretenimiento amable, muy de Navidad, ideal para públicos que permitan los excesos de azúcar.

Lo mejor: Matt Damon,  las canciones de Cat Stevens.

Lo peor: Sobredósis de clímax, el descuido de los personajes secundarios.

Ficha Técnica

  • Fotografía: Rodrigo Prieto
  • Montaje: Mark Livolsi
  • Música: Jon Thor Birgisson
  • Duración: 124 min.
  • Público adecuado: Todos
  • Distribuidora: Fox
  • EE.UU. (We Bought a Zoo), 2011
  • Estreno: 30.12.2011
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