Un profeta

La historia atrapa al espectador y le intro­du­ce en un ambiente sórdido y descarnado, lo­grando un seco realismo gracias al uso de la cámara en mano

Un profeta (2009)

Un profeta: La escuela del mal

Malik El Djebena, de 19 años, ingresa en una cárcel donde deberá pasar los próximos 6 años de su vida. No sabe leer ni escribir. Más joven y frágil que el resto de los presos, ten­drá que aprender a sobrevivir en un mun­do podrido, bajo la presión del líder cor­so que domina el lugar.

El veterano guionista y realizador francés Jacques Audiard (Un héroe muy discreto, De latir mi corazón se ha parado) arma este cru­do thriller carcelario basándose en un tex­to original de los también guionistas Ab­del Raouf Dafri y Nicolás Peufaillit, ayuda­dos por Thomas Bidegain. La historia no pre­tende ser un análisis sociológico y trata de evitar (lo consigue con creces) los arqueti­pos propios de las series y películas ameri­canas.

Audiard sabe lo que quiere -mostrar un am­biente criminal donde no queda más reme­dio que sobrevivir como se pueda- y lo plas­ma con llamativa maestría. Para lograrlo cuenta con un soberbio guión, complejo pe­ro perfectamente estructurado, desarrolla­do a dos niveles. Por una parte, una narra­ción más o menos lineal -la historia de la su­pervivencia- brutal, descarnada y violenta. De modo intermitente se introduce, además, una línea onírica que da profundidad al personaje protagonista, oxigena el ambien­te de tensión, enriquece la trama y ayu­da a que la cinta trascienda el marco del es­tricto cine de género.


Sorprende la magnífica interpretación del po­co conocido Tahar Rahim, un joven que sa­be lo que está bien y mal pero se va envile­ciendo al ser brutalmente presionado. Es­tu­­pen­da es también la réplica que le da Niels Arestrup como líder de una de las fami­lias de la mafia corsa.

La historia atrapa al espectador y le intro­du­ce en un ambiente sórdido y descarnado, logrando un seco realismo gracias al uso de la cámara en mano (el angustioso arranque es magistral) y a unos escenarios muy cuida­dos, diseñados para la escalofriante acción, donde todo vale porque en realidad na­da importa. La película fue muy aplaudida en el pasado Festival de  Cannes, donde se llevó el Gran Premio del Jura­do. Aspira al Os­car, con permiso de La cinta blanca.


Los actores Tahar Rahim y Niels Arestrup.

La innecesaria crudeza de algunas escenas.

Ficha Técnica

  • Francia (Un prophète, 2009)
  • Stéphane Fontaine
  • Juliette Welfling
  • Alexandre Desplat
  • Alta Films
  • 154 minutos
  • +18 años (VX)
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Reseña
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Profesora universitaria de Cine Español y Estética Musical. Coordinadora Académica Área de Comunicación Universidad Atlántico Medio (Las Palmas de Gran Canaria)
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