Una aventura extraordinaria: Mejor de lo que cabría esperar

Una aventura extraordinaria, título que tiene poco que ver con Big Miracle (Un milagro portentoso), cuenta una historia real, cómo en 1988, a causa de un temprano invierno, tres ballenas quedaron atrapadas por el hielo, en Alaska. El mar abierto quedaba a ocho kilómetros de distancia, demasiado lejos para cubrirlo sin respirar, y la pequeña apertura, cerca de la costa, a la que todavía se podían asomar, se estaba cerrando. Para evitar que las ballenas murieran ante las cámaras, mucha gente tenía que hacer algo, y hacerlo enseguida.

Una aventura extraordinaria no es la película lacrimógena, real o no, que Hollywood realiza de vez en cuando, en la que unos niños -y algunos mayores- realizan una bella acción, entre sonrisas y lágrimas; tampoco tiene el supuesto suspense de «ver qué va a pasar»; es una crónica bastante real -más de la mitad de las imágenes de informativos y de las declaraciones de gente, incluyendo el presidente Ronald Reagan, son de archivo- de un momento especial en el que ecologistas, políticos, tribus indígenas, la Guardia Nacional e incluso la Unión Soviética y la mismísima prensa se dieron la mano en una empresa común, aunque fuera salvar las ballenas; y lo que es más, esa noticia interesó a buena parte del mundo, y el rescate fue protagonizado por gente normal, con sus cosas buenas y otras menos buenas.

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Lo más interesante de esta extraordinaria aventura son los diversos intereses de los protagonistas, John Krasinski es un reportero que quiere abandonar Alaska y ve en esta noticia su posible ascenso a climas más cálidos; Ted Danson, magnate del petróleo, se implica para mejorar su imagen, contaminada por Greenpeace; elementos de la administración Reagan tienen una motivación similar: lavar la imagen antiecológica que tiene; mientras que los esquimales, pueblo cazador de ballenas, quieren evitar que el mundo los vea como unos salvajes sanguinarios. Sólo Drew Barrymore, que encarna a una líder de Greenpeace, actúa desinteresadamente; pero esto es lo que hace que esta película sea especial, las personas no son estereotipos, sino seres normales, complejos, con intereses diversos y en este caso los guionistas han logrado hacer confluir esos intereses en la misma dirección.

Naturalmente, los personajes han sido «hollywoodizados», pero siguen siendo un grupo humano, y no una banda sensiblera haciendo una monada: salvar a las ballenas. El resto de la tensión la marcan los diversos avatares de la misma historia.

En el mundo de las películas familiares, algo notable.

▲ Notable la contención sentimental en una película de este género.

▼ Se parece demasiado a películas familiares lacrimógenas.

Ficha Técnica

  • Fotografía: John Bailey
  • Montaje: Cara Silverman
  • Música: Cliff Eidelman
  • Duración: 100 min.
  • Público adecuado: Todos
  • Distribuidora: Universal
  • EE.UU. (Big Miracle), 2012
  • Estreno: 2.3.2012
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Reseña
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Historiador y filólogo. Miembro del Círculo de Escritores Cinematográficos. Ha estudiado las relaciones entre cine y literatura. Es autor de “Introducción a Shakespeare a través del cine” y coautor de una decena de libros sobre cine.