Una vida sencilla

Una vida sencilla: Una vida plena

Una vida sencilla | Roger es un productor de cine de mediana edad, soltero. Vive con Ah Tao, la sirvienta que ha trabajado pa­ra su familia durante 60 años y que siempre mostró una especial debilidad por él. La vida pasa y a la mujer le llega su momento de declive y necesaria jubilación. Pa­­ra Roger, sin embargo, ha llegado el momento de cre­­cerse y devolver tanto cariño y servicios prestados.

La realizadora Ann Hui, referente del cine de autor asiá­tico, nos presenta una historia sencilla, como el pro­pio título indica. La película aborda uno de los gran­des problemas sociales de China y de muchos otros paí­ses: el abandono y olvido de los ancianos y las ma­las condiciones en que se encuentran los geriátricos. Junto a la constatación negativa de un hecho, hay una reflexión positiva, conmovedora y muy humana so­bre lo que puede hacer el verdadero ca­riño y agradecimiento a los mayores, que antes han servido tan­to y tan bien a los demás. Y lo mejor, es que la historia es muy auténtica porque está basada en una historia real acaecida a uno de los productores y co-guionistas de la cinta: Roger Lee.

Narrada con estilo documental y una fotografía de co­lores naturalistas, hay momentos de crudo realismo, que plasman la cotidianidad de un geriátrico. Pero, a la vez, el guión sorprende con islas de humor, breves pe­ro oxigenantes. Y siempre, de fondo, planea el tono po­sitivo y pacífico de la anciana Ah Tao, con su sabiduría experiencial, que reparte a manos llenas. To­da una lección de humanidad, en el momento crucial de la vida, cuando llega la muerte.

Los dos protagonistas de Una vida sencilla están realmente soberbios en sus interpretaciones. Se nota que se conocen de muchos años atrás. En el pasado interpretaron con frecuencia el papel de madre e hijo en películas y series de televisión. Y 23 años después se han vuelto a reunir pa­ra esta cinta. Hay una química entre los dos muy con­vincente. Ella, Deanie Yip, es un ascua de luz. Fue muy merecido el Premio a la Mejor Actriz en el Festival de Venecia 2011. Algunas personalidades de la in­dus­tria cinematográfica china hacen cameos, como las estrellas Tsui Hark y Sammo Hung.