Vidas pasadas

Vidas pasadas: Libertad personal

· Crítica de Vidas pasadas | Estreno 1 de noviembre de 2023.
· Los actores están a la altura de una interpretación que es muy intimista, especialmente la actriz Greta Lee en el papel de Nora como mujer entre dos mundos.

Nora y Hae Sung son dos amigos de la infancia que se separan cuando la familia de ella emigra a Estados Unidos. La distancia y el tiempo los separan, pero años más tarde volverán a reencontrarse a través de internet y descubren que la fuerza de esa relación sigue viva. Sin embargo, lo vivido en países y culturas tan diferentes marcan sus proyectos, sueños y prioridades, y ambos deberán afrontar sus decisiones y consecuencias.

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Vidas pasadas es la opera prima de Celine Song, joven dramaturga y cineasta de origen coreano y nacionalidad canadiense. La película sorprendió en el circuito indie del festival de Sundance y desde entonces no ha parado de cosechar alabanzas, se presentó también en el festival de San Sebastián y es una de las favoritas para los Oscar. El filme supone una exploración del amor y las relaciones a través de un triángulo amoroso que destaca por la delicadeza con la que está contado.

La escena con la que se abre la película fue una vivencia real de la directora y el origen de esta historia: cómo unir y presentar las etapas de nuestra vida encarnadas en personas. Celine Song ha escrito una obra donde hay mucho de autobiográfico y ha declarado que no quería hacer una cinta marcada por los clichés de Hollywood, sino explorar la realidad de que hay personas buenas y relaciones complejas. A veces cuesta mucho dejar atrás lo que fuimos o hay que cerrar etapas. Que el tercer personaje del triángulo amoroso de esta historia sea un hombre comprensivo y sensible hace todo mucho más difícil, pero es que en las decisiones pesan también los compromisos y las personas. El ritmo es lento, lleno de silencios cargados de significado y que invitan a reflexionar sobre los temas que se ponen sobre la mesa. La alabada delicadeza de Song a la hora de contar esta historia pasa por ese realismo y el respeto con el que trata a cada personaje, nada maniqueos, y la profundidad que alcanza bajo la aparente sencillez de su argumento. Los actores están a la altura de una interpretación que es muy intimista, especialmente la actriz Greta Lee en el papel de Nora como mujer entre dos mundos.

Tanto el poderoso desenlace de la película como su tono -algo melancólicos, como el título- son muy personales y sorprenden por el aire fresco que aportan. Al menos en el contexto del cine norteamericano actual, en el que muchos filmes están reflexionando sobre qué es lo que permite que el amor perdure o cómo se construye la felicidad, pero pocos los que hablan de la libertad personal como respuesta. Song lo hace, y eso es maravilloso.