Vitoria, 3 de marzo: Lucha obrera

La producción de Vitoria, 3 de marzo, esta vez, no parece una caricatura de época, sino auténtica. La reconstrucción es casi un documental.

Vitoria-Gasteiz, 3 de marzo de 1976. Se forma una huelga de trabajadores que demandan aumentos salariales. En la iglesia de San Francisco, en el barrio obrero de Zaramaga, cientos de personas se reúnen para luchar por sus derechos. Begoña y su familia serán testigos y tendrán que tomar partido en un conflicto saldado con cinco muertos que, igual que a la ciudad y al país, les cambiará para siempre.

Esta película reconstruye, con bastante fidelidad, los hechos en torno al 3 de marzo de 1976 en Vitoria, y el brutal desalojo de la asamblea huelguista, que se celebraba en una iglesia, que se saldó con cinco muertos.

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La mezcla de imágenes y audios de archivo con otras grabaciones más recientes funciona de maravilla. La producción, esta vez, no parece una caricatura de época, sino auténtica. La reconstrucción es casi un documental. Lo único que aportan los guionistas sabe a falso: «vamos a hacer unas concesiones para que nada cambie y todo siga igual», frase emblemática que se repite tres veces, puesta en boca de políticos y empresarios de caricatura, que nos llevaría a hablar de la memoria histórica, tal y como reivindican los carteles finales.

Afortunadamente, con toda su retranca, son pocos segundos y cuentan poco en una película que tiene bastante interés, sobre todo si se conoce bien la época y su contexto.

Ficha Técnica

  • Fotografía: Gaizka Bourgeaud
  • Duración: 90 min.
  • Público adecuado: +16 años
  • Distribuidora: Filmax
  • España, 2018
  • Estreno: 1.5.2019
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Reseña
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Historiador y filólogo. Miembro del Círculo de Escritores Cinematográficos. Ha estudiado las relaciones entre cine y literatura. Es autor de “Introducción a Shakespeare a través del cine” y coautor de una decena de libros sobre cine.