When you’re strange

When you’re strange: Larga vida al documental

Un buen documental que realiza un esfuerzo de contextualización que se agradece. El material que emplea es muy bueno.

Es muy posible que a la mayoría no le di­ga nada el nombre de The Doors ni el de su mí­tico vocalista Jim Morrison. El grupo de­sa­pareció en 1971, al fallecer su líder de un in­farto con sólo 27 años. En su momento fue un grupo revolucionario, comparado a Los Beatles, apodado los Rolling Stones de Amé­rica (por provocadores, por ser considera­da una de las bandas más peligrosas del rock&roll). Los mismísimos The Who fueron sus teloneros en una ocasión. Sus temas se si­guen escuchando y sus discos se siguen ven­diendo a millones.

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Hace 20 años Oliver Stone realizó una pe­lícula titulada The Doors, un discutido bio­pic con Val Kilmer en el papel de Jim Mo­rrison. Tom DiCillo (Vivir rodando, Do­ble contratiempo) presenta ahora una película que vuelve a demostrar que un documen­tal puede ser más interesante que la ficción, y es la enésima prueba en lo que va de año.

El documental de DiCillo aborda la historia de una manera más fría que Stone, pero mu­cho más interesante para aquellos que no vivieron esos tiempos revueltos y no se sien­ten implicados, sino simplemente intere­sados. Se trata de un documental instructi­vo pero honesto y vibrante, donde reina la música. Temas como Light my fire, People are strange o The end serán recordados con agra­do.

DiCillo sitúa al grupo en su tiempo, el tiem­po de las revoluciones a finales de los años cincuenta, el tiempo en el que se fragua­ron los cambios que configuran la socie­dad actual, la protesta y su marca exterior, la moda y la música. Y luego cuenta, sin con­cesiones, la aventura autodestructiva de Jim Morrison, cantautor y poeta, y de sus tres compañeros Ray Manzarek, Robby Krie­ger y John Densmore, que fueron mucho más que los comparsas de Morrison y en po­co tiempo se convirtieron en leyenda y gra­baron unos temas inolvidables.

Entre las imágenes, casi exclusivamente me­traje inédito rodado entre 1966 y 1971, se encuentran curiosas tomas de concierto en­tre bastidores y algunas otras rodadas por el propio Morrison para películas expe­ri­mentales. El guión de DiCillo les da cohesión, y la voz grave e intensa de Johnny Depp, narrador de este documental, convier­ten esta cinta en una experiencia hipnó­tica que entusiasmará a antiguos fans de la banda y le procurará nuevos adeptos.