Wonder Woman

Con ciertas semejanzas a la presentación de Superman en la gran pantalla, Gal Gadot sostiene a la perfección esta entretenida historia de acción

Wonder Woman

Wonder Woman: Historia de una heroína

· Wonder Woman es una entretenida película de acción, de buena factura, que cuenta con un personaje principal sólido para quien Allan Heinberg ha escrito un buen guion.

Wonder Woman nació en 1941 en el universo de DC Comics, de la mano de William M. Marston. Tuvo su serie de televisión, e incluso un largo televisivo, pero al igual que Superman comienza de verdad en 1978, con Christopher Reeve. Wonder Woman comienza de verdad cuando Gal Gadot apareció en Batman vs Superman: El amanecer de la justicia, cuando -además de la tecnología para realizar prodigios- un actor (una actriz) encarna de verdad al personaje y lo transmite al espectador.

No es esa la única semejanza que tiene esta super heroína con el primer Superman moderno, quienes recuerden aquella cinta guardarán feliz memoria de la primera parte, en Kripton, y el protagonista absoluto era Marlon Brando. En el caso presente, una primera parte presenta la isla mágica donde viven las amazonas y nos cuentan quiénes son y cuál es su razón de existir: proteger a la humanidad de Ares, el dios de la guerra, decidido a acabar con los hombres. Vemos la educación de la princesa Diana, tal es el nombre de Wonder Woman, cuyo origen y singular destino le ha sido ocultado. Protagonizan esta parte Connie Nielsen y Robin Wright.

Después comienza la historia: estamos en 1917 y la Primera Guerra Mundial asola Europa; un accidente abre las defensas mágicas de la isla al mundo y rápidamente se cuelan Steve Trevor, un espía norteamericano, y una flotilla alemana que lo persigue. Diana se da cuenta que el conflicto mundial es obra de Ares y decide abandonar la isla, encontrar al dios de la guerra y matarlo poniendo así fin al conflicto. Steve Trevor será su guía en su viaje por el mundo en guerra, y le enseñará a desenvolverse en el mundo  de los humanos.

Wonder Woman es una entretenida película de acción, de buena factura, que cuenta con un personaje principal sólido para quien Allan Heinberg ha escrito un buen guion: no es una simple presentación de la heroína, es un buen retrato de la misma, muestra cómo ella descubre quién y cómo es, cuál es su misión; y también su descubrimiento del mundo. Por volver al caso de Superman, se crió en la tierra, fue adoptado por los Kent. Diana llegó al mundo en edad adulta, tras haber sido educada entre amazonas. Sus armas eran espadas, arcos y flechas. No ha visto un solo varón en su vida. Y llega al mundo de los humanos en 1917, un mundo esencialmente masculino y en guerra. El planteamiento es perfecto para la crítica y el humor, afortunadamente está realizado con inteligencia: el descubrimiento del hombre está inspirado en La tempestad, de Shakespeare, y en ese afortunado modelo se inspira para mantener un tono elevado casi todo el tiempo; hay un mensaje feminista no estridente, que llega desde la sorpresa -una princesa guerrera a quien no escuchan unos hombres ignorantes, pretenciosos, zafios- y no desde el enfado. Otras secuencias están inspiradas en Edgar Rice Burroughs, y con él se rinde homenaje al cine de aventuras y al heroísmo clásico.

Los efectos especiales permiten rodar cualquier cosa, pero las batallas no son lo mejor de esta  película, ya lo hemos dicho, sino el tándem DianaSteve descubriéndose y descubriendo ese horror absurdo que fue la Primera Guerra Mundial. De hecho, la gran debilidad de la película está en la última media hora, cuando todo se hace más convencional, cine de súper héroes, bofetadas, rayos y efectos.

Por lo demás, creo que Diana tiene razón al afirmar que la guerra fue culpa de Ares, como no creemos en los personajes mitológicos, habrá que decir que fue cosa del diablo.

Buena parte de la solidez de esta cinta depende de la actriz israelí Gal Gadot, que aúna una serie de cualidades diversas; ingenuidad y erudición, ingenio sin presunción ni ironía, ternura y dureza, capacidad de asombro, y un largo etcétera; también cabe señalar que su alter ego, guía en el mundo de los  humanos, Chris Pine, Steve Trevor en la película, le da una buena réplica y, como se suele decir en estos casos, hay química de la buena en su relación. El resto de los personajes es mucho más simple, todos son esquemáticos, unidimensionales; pero son buenos actores y están bien dirigidos, de modo que el resultado es apañado.

Dirige, es su segundo largometraje, Patty Jenkins, que se prodiga más en la pantalla pequeña que en la grande, aunque su Monster llamó la atención en 2003.

Ficha Técnica

  • Fotografía: Matthew Jensen
  • Montaje: Martin Walsh
  • Música: Rupert Gregson-Williams
  • Duración: 141 min.
  • Público adecuado: +16 años (VS-)
  • Distribuidora: Warner
  • EE.UU., 2017
  • Estreno: 23.6.2017
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Reseña
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Historiador y filólogo. Miembro del Círculo de Escritores Cinematográficos. Ha estudiado las relaciones entre cine y literatura. Es autor de “Introducción a Shakespeare a través del cine” y coautor de una decena de libros sobre cine.
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