X-Men: La decisión final

X-Men: La decisión final | Demasiado oscura

X-Men: La decisión final | Como siempre Magneto y los malos mutantes están en guerra con los humanos y los mutantes buenos, como la patrulla que lidera el profesor Xavier. En esta entrega, teóricamente la última, se ha descubierto una vacuna que permitirá a los mutantes convertirse en humanos normales. Ha llegado el momento de elegir, someterse a la vacuna y abandonar sus poderes, y a la vez reintegrarse en una sociedad que teme las diferencias, o seguir siendo poderosos y marginales.

La factoría de cómics Marvel se ha convertido en el socio obligado de un Hollywood falto de ideas y de guiones. Ser un derivado de un cómic célebre no garantiza el éxito en la pantalla y por eso Marvel ha procurado que las cosas se hicieran bien, en gran medida porque participa en la producción y quiere sacar tajada. Dirige Brett Ratner (El dragón rojo, El gran golpe, Hora punta 2, Family Man), con un presupuesto que da miedo: 210 millones de dólares. La película es impecable en la parcela visual, de hecho, han participado todas las grandes empresas de efectos especiales.

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Hay un ritmo trepidante, batallas para llenar varios libros y un tono decididamente oscuro, que asustará a la gente menuda. Podría mejorarse el tratamiento de los personajes: Lobezno, auténtico protagonista de la saga, transmite emoción y vida a todas sus intervenciones; los demás son simples comparsas. Un buen entretenimiento, fiel al cómic, con un toque de corrección política. Los autores del guión de la tercera de X-Men son los padres de las siguientes criaturas: xXx 2, Sr. y Sra. Smith, Inspector Gadget, Tras la línea enemiga, Sospechoso cero.