Yo, él y Raquel: Verdad adolescente
· Yo, él y Raquel refleja el valor que tiene el tiempo gastado en acompañar a quien está sufriendo. Todo esto contado desde la perspectiva de un adolescente y no de un adulto.
Reconozco que me pongo en guardia y afilo las uñas cada vez que me acerco a una película con niños o adolescentes enfermos de cáncer. Por muchos motivos, y uno de ellos porque hemos visto demasiadas de estas historias que no aportan nada nuevo y que parecen estar escritas únicamente para provocar las lágrimas del espectador o mandarle mensajes más o menos bienintencionados.
Si además los protagonistas son un chico y una chica que quizás van a enamorarse, y que siempre se terminarán enamorando, no es que saque las uñas, es que directamente cojo los guantes de boxeo. Así que a Yo, él y Raquel me fui provista de los dichosos guantes y dispuesta a, si la cosa me hartaba mucho, noquear la película en los quince primeros minutos.
Si estoy escribiendo esta crítica habrán supuesto que ni me fui en los primeros quince minutos ni tuve que utilizar los guantes de boxeo. Yo, él y Raquel no es una película extraordinaria pero es extraordinariamente superior a la cinta para adolescentes que esperaba. La historia, basada en un best-seller del mismo nombre y adaptada por el propio novelista Jesse Andrews, cuenta la historia de una chica –Raquel, evidentemente- que en el último curso de instituto sufre una leucemia y de cómo sus amigos tratan de afrontar esta situación.
Hay mucha verdad en el guion que refleja con acierto cómo puede reaccionar un grupo de adolescentes ante una situación que no es que les venga grande, es que les viene enorme. El adolescente medio sale por la tangente (aquí en forma de un par de comentarios soeces que se repiten continuamente a modo de mantra barriobajero y con el objetivo de quitar tensión a lo que de por sí es muy doloroso), pero al mismo tiempo aprende a descubrir ante un drama así muchas cosas que ni se había planteado. En ese sentido, destaca el modo que tiene la película de reflejar la amistad y el valor que tiene el tiempo gastado en acompañar a quien está sufriendo. Todo esto contado desde la perspectiva de un adolescente y no de un adulto (la mayoría de los problemas que tienen estas películas es que tratan de abordar el drama con una mirada omnicomprensiva que es radicalmente adulta y no adolescente).
El trío protagonista, actores -al menos para mí- hasta ahora desconocidos, es un portento de naturalidad y las referencias cinéfilas -que tanto recuerdan a la hilarante Rebobine, por favor– una brillante ocurrencia.
Ficha Técnica
- Dirección: Alfonso Gomez-Rejon,
- Guion: Jesse Andrews,
- Intérpretes: Jon Bernthal, Thomas Mann, RJ Cyler, Nick Offerman, Olivia Cooke, Connie Britton, Molly Shannon, Matt Bennett,
- Fotografía: Chung-Hoon Chung
- Montaje: David Trachtenberg
- Música: Brian Eno, Randall Poster, Nico Muhly
- Duración: 105 min.
- Público adecuado: +12 años (SD)
- Distribuidora: Fox
- EE.UU. (Me and Earl and The Dying Girl), 2015
- Estreno en España: 9.10.2015