Zapatos rojos y los siete trolls

Zapatos rojos y los siete trolls: Divertida propuesta con buena idea de fondo

· Se trata de una película bastante buena, muy entretenida y tiene personalidad. No es un simple refrito de ideas conocidas.

Un equipo de siete aventureros comete un grave error al rescatar a una princesa y es presa de una maldición; una malvada reina bruja se desespera por conseguir los zapatos de la eterna juventud; una robusta Blancanieves busca a su padre…

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Modificar cuentos clásicos no es nuevo, los cuentacuentos lo hacen desde hace siglos; lo difícil es hacerlo bien y tener éxito. Recientemente ha habido varias historias de Caperucita y de otras princesas de cuento que no han conseguido llegar al gran público. Zapatos rojos y los siete trolls puede conseguirlo.

Se trata de una película bastante buena, muy entretenida y tiene personalidad. No es un simple refrito de ideas conocidas -aunque es fácil reconocer influencias, empezando por Shrek-, sino una historia completa sobre la importancia de la belleza interior y la superficialidad. En torno a ese hilo conductor se construye una trama en la que los guiños a tantos clásicos se integran con facilidad gracias al buen desarrollo de los personajes, especialmente algunos. Son personajes llenos de encanto, con personalidad propia y mucho que decir en esta historia. Atención a un muy original y encantador conejo de madera. La calidad de los gráficos está a la altura de dichos personajes, es notable y se toma unas curiosas libertades: la vivienda de los siete es un falso decorado de cine, y esa idea se utiliza con brillantez en la historia.

En resumen, una agradable sorpresa que viene de Corea, una película fresca, divertida, llena de sorpresas y además tiene una buena idea de fondo.