Chimerica

Chimerica: El hombre de los tanques

· Chimerica parte de un icono del enfrenta­mien­to a la tiranía que pudo cambiar el curso de la Historia de China: la famosa fotografía del hombre que desafió a los tanques en Tiananmén en las revueltas de 1989.

La creadora de esta miniserie, Lucy Kirkwood, adapta a la pequeña pantalla la obra de teatro homónima so­bre las relaciones entre Estados Unidos y China, que es­trenó en 2013 y cosechó cinco Premios Olivier.

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Como es sabido, el acrónimo Chimerica que da título a este drama seriado hace referencia a la peculiar relación económica y geopolítica establecida entre China y Es­tados Unidos, que tuvo como punto de partida la visita del presidente Richard Nixon a la nación asiática en 1972, cuando Mao Tse-Tung dirigía el país. A su muerte, Deng Xiaoping la consolidó con el proceso reformista que convirtió a China en un régimen comunista pero de eco­nomía capitalista, cuya fuerza ha ido creciendo.

Cuatro años después del estreno teatral de Kirkwood ha­bían ocurrido muchas cosas, entre ellas el Brexit y las elec­ciones ganadas por Trump, que mostraban las heridas y debilidades de la democracia occidental, donde la li­bertad de información y de elección son con frecuencia ma­nipuladas por medio de «fake news». Todo es­to condujo a Lucy Kirkwood a plantearse que era el mo­mento de llevar su libreto al guion recurriendo para su realización a Michael Keillor (Critical, Line of Duty, Cor­moran Strike).

Hoy el gigante tecnológico chino Huawei, multinacio­nal que compra componentes a Estados Unidos, vende sus productos en 170 países y encabezaba la expansión de las redes 5G en muchas regiones del mundo.

Chimerica parte de un icono del enfrenta­mien­to a la tiranía que pudo cambiar el curso de la Historia de China: la famosa fotografía del hombre que desafió a los tanques en Tiananmén en las revueltas de 1989, conocida en el mundo entero y silenciada en el gi­gante de Oriente. El fotógrafo que disparó aquella foto des­de el Hotel Beijing hace treinta años aún vive, se llama Jeff Widener, y en aquel momento era corresponsal de Associated Press.

En la efeméride de la masacre de la plaza china, Kirk­wood utiliza esta potente premisa para unir dos mo­men­tos de las relaciones entre las dos potencias, la del pasado y la del presente, a través de la historia de fic­ción de Lee Berger (Alessandro Nivola), un fotoperiodista que, tras un revés profesional que pone en jaque su honestidad informativa, viaja en 2016 a China con la esperanza de encontrar al misterioso hombre que fo­tografió hace trein­ta años y del que desconoce el para­de­ro.

El tema de Chimerica es actual y las bases del argumento despiertan el interés del espectador en el primer capítulo. Son pa­tentes las referencias a otros filmes, como The Parallax View o Todos los hombres del presidente. Asimismo, cuen­ta con un elenco de buenos actores: además de Nivo­la, Cherry Jones (Transparent), como Mel Kincald, su co­lega y vieja amiga; Sophie Okonedo, como Tessa Kendrick; o el oscarizado F. Murray Abraham (Amadeus), co­mo el editor Frank Sams. La música de Tom Holkenborg y Shigeru Umebayashi, autor del tema de Yumeji, también es reseñable.

Tras un arranque prometedor, la búsqueda del miste­rio­so hombre de las bolsas va dando paso a una dimensión más profunda y compleja: la dificultad para dis­tinguir la verdad de la mentira en el mundo de la in­formación como borrador de la Historia.

El problema es que Kirkwood quiere tratar demasia­das cosas: el trasfondo geopolítico de las relaciones en­tre los dos países desde una visión frustrada de la iz­quierda occidental, el momento político de Estados Uni­dos, la crisis ética de un fotógrafo cuya honestidad informativa queda en entredicho, el problema de las «fake news», la relación de amistad entre el fotógrafo Lee Ber­ger y su amigo chino viudo, el enigma que esconde la fo­tografía del hombre de los tanques, etc. Y los capítulos si­guientes van desarrollándolas en sus tramas principal y secundarias con un guion y un montaje algo confusos y desordenados que dificultan el seguimiento por parte del espectador.