Counterpart: Simmons ante el espejo
· El muro de Berlín, que separó físicamente la Alemania oriental de la occidental y que cayó en 1989, da lugar en Counterpart a un agujero temporal al que solo se puede acceder por un pasaje fronterizo.
Estamos ante una de las series más interesantes del momento. Creada por el joven guionista Justin Marks (El libro de la selva, Rewind) -a quien se podría considerar lego para concebir y echar a andar una serie ambiciosa y madura- y llevada a la pantalla bajo la dirección de referentes sólidos de la ficción seriada, responsables de joyas como Mad Men, Los Soprano o Lost.
La premisa es atractiva. La vida de Howard Silk (J.K. Simmons), un funcionario gris de la agencia de inteligencia de Berlín, que lleva tres décadas intentando ascender a Estrategia y cuya mujer está en coma desde que sufrió un accidente, cambia radicalmente cuando aparece otra versión de sí mismo, un Howard Silk espía implacable y decidido (al más puro estilo del Fletcher de Whiplash), que ha ido escalando puestos en la estructura paralela de otro universo idéntico que transcurre en otra dimensión, treinta años por delante.
El muro de Berlín, que separó físicamente la Alemania oriental de la occidental y que cayó en 1989, da lugar en esta ficción a un agujero temporal al que solo se puede acceder por un pasaje fronterizo por el que circulan con férreo control los pocos funcionarios que conocen este secreto de Estado, y que en ocasiones realizan tareas de espionaje abriendo así una nueva era de tensiones postsoviéticas. Poco a poco vamos averiguando qué fue lo que provocó que la realidad se desdoblara y con ella la vida de las personas.
Aunque el contexto es distópico, tanto Marks como el director Morten Tyldum (Headhunters, The Imitation Game) no han querido desarrollar una serie de ciencia-ficción (como Fringe, con la que se la ha comparado) sino más bien un retrato del mundo de los espías clásicos, al estilo de las novelas de Graham Greene, de John Le Carré, o de la película alemana La vida de los otros.
«La vida del espía es tan solitaria como la del escritor», dijo el autor británico. A estas soledades añaden sus creadores el «factor humano», la pregunta de raíz metafísica que conecta con el espectador: quiénes somos, quiénes podríamos haber llegado a ser de tener otras circunstancias. Howard se encuentra con un espejo que le atrae tanto como le repugna (memento a Dr. Jekyll y Mr. Hyde) y le obliga a tomar decisiones insospechadas en medio de una peligrosa Guerra Fría que desconocía hasta ese momento.
Para desarrollar la psicología de su personaje, cuentan con un veterano de la interpretación como J.K. Simmons, a quien vemos en dos versiones de sí mismo ejecutadas con tanta naturalidad que, incluso vestidos de la misma manera, se pueden distinguir por el gesto y el porte. Solo por contemplar cómo el actor borda su doble papel, merece la pena ver la serie. Esa condición disociada no afecta solo al personaje principal, sino también a los secundarios, en especial a Olivia Williams (El escritor, An Education), en su papel de Emily, la esposa de Howard, que sostiene parte de la intriga. Así se abren subtramas personales de enorme interés que fluyen hacia la trama principal y la enriquecen.
El estudio de personajes que han realizado el creador y los directores permite que, cuando las secuencias de espionaje y contraespionaje en uno y otro mundo se desplieguen a partir de la mitad de la temporada -con asesinos a sueldo, resistencia, escuelas de adoctrinamiento, etc.-, estemos más atentos a ver el efecto que producen los acontecimientos en los personajes y en sus relaciones que en los hechos en sí, que no acabamos de entender del todo, en especial lo referente a la estructura de las organizaciones y los protocolos de la agencia. Confiamos en que lo iremos comprendiendo a su debido tiempo, cuando el ritmo de la narrativa quiera echarnos las migajas. De hecho, el final de la primera temporada ha dejado una situación insostenible y un montón de incógnitas que piden a gritos renovación, y Justin Marks ha anunciado que habrá segunda temporada. Quizá sea éste el punto más débil de la serie, junto con el empeño, recurrente en la ficción seriada de los últimos tiempos, de utilizar el señuelo erótico homo y heterosexual, cuando no hace ninguna falta porque la serie es adictiva y el espectador ya ha picado.
Por lo demás, la banda sonora de Jeff Russo (Fargo, Star Trek Discovery) casa elegantemente con el tono de espionaje. La fotografía y la ambientación están muy cuidadas y presentan sutiles matices entre un Berlín y el otro -más frío y tecnificado el mundo evolucionado-, lo que introduce una reflexión más, la de la responsabilidad del hombre hacia el medioambiente.
Ficha Técnica
- Creador: Justin Marks,
- Guion: Justin Marks, Amy Berg,
- Intérpretes: J.K. Simmons, Olivia Williams, Ulrich Thomsen, Kenneth Choi, Harry Lloyd, Nazarin Boniadi, Sara Serraiocco, Nicholas Pinnock, Bernhard Forcher, Nolan Gerard Funk,
- País: EE.UU. (2017)
- Fotografía: Luc Montpellier, Martin Ruhe
- Música: Jeff Russo
- Duración: 1 temporada (10 capítulos de 55-60 minutos)
- Emisión en España: HBO España
- Público adecuado: +18 años (VX)