El escritor fantasma (Ghostwriter)

El escritor fantasma (Ghostwriter): Invitación a la lectura

La historia comienza cuando Rubén, de once años, y su madre se trasladan para vivir con el abuelo, recién en­viudado. La nueva ciudad y el nuevo instituto no le agra­dan. Además, no se le da nada bien hacer amigos. Pron­to, gracias al fantasma, Rubén se hará amigo de Che­von, la mejor estudiante del instituto -inteligente pe­ro, sobre todo, muy trabajadora-; de Curtis, el mejor ti­rador del equipo de baloncesto; y de Donna, hermana menor de Curtis, que parece un clon de Hermione (Harry Po­tter). No había dicho que Ernesto, el abuelo de Rubén, tie­ne una librería tan vieja como él mismo, pero llena de en­canto y, sin que nadie lo sepa, con un fantasma que es­cribe mensajes a estos cuatro chicos -los únicos que pueden verlo-. El fantasma quiere decirles algo y los lle­va a través de libros, como en un juego de pistas, por mun­dos de ficción y de no ficción, clásicos y modernos.

Ghostwriter fue una serie de televisión en los años no­venta que ahora renace con bastantes diferencias res­pec­to de la original. Diferencias bienvenidas, ya que ne­cesitaba una buena actualización, como presentar a unos críos del siglo XXI sin complejos y con buen manejo de la tecnología contemporánea. Con vidas cotidianas nor­males y variadas, absolutamente reconocibles, son chi­cos reales. Se aprecia además que los guionistas no in­sulten la inteligencia de los espectadores poniéndose­lo todo facilón o ñoño. Las aventuras que viven estos jó­ve­nes son una original invitación a la lectura, a reinterpretar los clásicos y a incorporar lo leído, aunque fuera es­crito hace siglos, a la vida de manera natural. Rubén y los suyos se encontrarán con Alicia (del país de las maravillas), con Mowgli, con el doctor Frankenstein, y con otros muchos personajes de ficción. Cada encuentro les acerca a comprender qué quiere el fantasma de ellos, de cada encuentro aprenden mucho para su vida familiar y social.

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La primera temporada de El escritor fantasma tiene trece episodios de algo más de veinte minutos, cada aventura/libro abordado du­ra dos o tres episodios. Luke Matheny, alma del proyecto, consigue una acertada mezcla de ficción y realidad, con toques de humor y tragedias de niño, con unos per­sonajes nada especiales, salvo por su encanto, y un mis­terio pendiente: ¿quién es el fantasma y qué quiere de Rubén (y de sus amigos)? Una serie muy recomendable para los jóvenes, que puede ser disfrutada también por los adultos.