Daredevil

Daredevil combina drama procedimental, thriller y aven­tura y aunque el argumento se centra en los sucesos posteriores a Los Vengadores, se puede ver sin necesidad de conocer los antecedentes

Daredevil

Daredevil: Lo mejor de Marvel

· Daredevil | La serie de Netflix ha sido una de las triunfadoras de la temporada con un Charlie Cox excelente y una historia muy bien contada.

En el universo poliédrico y transmediático de Marvel que­da todavía mucho por ver. Desde que Daredevil nació cómic en 1964, de la mente y la mano de Stan Lee y Bill Everett, ha interactuado con otros superhéroes en diversas colecciones ilustradas. También ha tomado cuer­po de celuloide en una película homónima (2003), con Ben Affleck como Matt Murdock, y participado en ca­meos en filmes y videojuegos e incluso en ficción te­levisiva, como Agents of S.H.I.E.L.D., pero no había pro­tagonizado su propia serie.

Por fin le llegó la hora, de la mano de Netflix. La pri­mera de una serie de producciones de ficción televi­si­va sobre los héroes callejeros menos conocidos de Marvel –Jessica Jones, Luke Cage y Iron Fist, que culmi­na­rá en una miniserie sobre Los Defensores– no ha defraudado a sus seguidores. Todavía no ha llegado a Es­paña, pero pronto lo hará: o llegará la serie o arriba­rá la mayor plataforma de descarga legal americana.

Daredevil combina drama procedimental, thriller y aven­tura. Aunque el argumento se centra en los sucesos posteriores a Los Vengadores -tras la batalla de Nue­va York contra los invasores alienígenas chitauri-, se puede ver sin necesidad de conocer los antecedentes. El guion parte del momento en que Matt y Foggy abren su bufete para salvar a las víctimas del barrio de Hell’s Kitchen de los depredadores inmobiliarios, pe­ro es hábil a la hora de utilizar una referencia sutil a la batalla -“el incidente”, la llaman siempre- e inter­ca­lar flashbacks de los personajes para explicar sus motivaciones, el origen de sus relaciones, etc. Hay que te­ner en cuenta que la serie no solo ha de tener identidad propia, sino conectar con las películas precedentes y con las producciones que están por venir. El que es­té familiarizado con el universo Marvel y con este có­mic, en particular, reconocerá su mejor época; los que no, tendrán la sensación de ir viendo el dibujo del ta­piz conforme se van dando las puntadas.

La serie, en la línea de la evolución del personaje que le dio Frank Miller en los años 80, es más oscura que el cómic inicial; por el tono de la fotografía, con pla­nos nocturnos en zonas industriales ruinosas como co­rresponde al momento en que se desarrolla, y por la abun­dante violencia que despliega, rozando a veces el gé­nero gore, aunque sin perder elegancia.

Matt Murdock, abogado del barrio neoyorquino de Hell’s Kitchen -uno de los más perjudicados en la bata­lla- de día, y justiciero de noche, no tiene más límite en su actuación que la delgada línea que separa la vida de la muerte. Y para luchar contra el crimen organiza­do es capaz de llegar hasta la tortura. Por todas estas ra­zones el público al que se dirige sube unos cuantos años con respecto a la película.

Daredevil no es una se­rie familiar ni juvenil. Es oscura hasta en su indumentaria a lo largo de todos los capítulos, aunque el clá­sico rojo aparece tanto en los créditos como en las es­cenas definitivas. Uno de los mayores entretenimientos y valores de la serie son los combates de artes mar­ciales, repletos de ricos planos y de sorprendentes coreografías. Se nota la mano de Steven S. DeKnight, crea­dor, guionista principal y productor ejecutivo de la serie Spartacus.

También es lúgubre antropológicamente, en el mejor sen­tido de la palabra, el de la complejidad humana, lo que la dota de una profundidad inusual en el universo Mar­vel. Daredevil trata sobre el mal ruin y carroñero que se ha instalado en un mundo de despojos y la for­ma de detenerlo. Murdock intenta resolver las cosas por la vía legal, pero el mal al que se tiene que enfren­tar requiere una acción más rápida y eficaz, y solo él pue­de hacerlo, aunque esto le presente un montón de con­flictos morales que de cuando en cuando desagua con un sacerdote católico. No hay que olvidar que el cómic se creó allá en los 60, unos meses después del ase­sinato de Kennedy, para interpretar el papel de hé­roe irlandés católico. “Pocas cosas son absolutas, Mathew -le dice el cura. Hasta el diablo fue alguna vez un ángel”. A lo que Matt responde: “ésa es una de las ra­zones por las que el juicio y la venganza deben dejarse a Dios”.

Charlie Cox encarna magníficamente la dualidad de un personaje preparado con esmero. Resulta creíble tan­to como prudente abogado ciego diurno como en su papel de defensor nocturno. No es un superhéroe, no tiene poderes sobrehumanos aunque sí percepciones especiales y unos sentidos externos e internos muy desarrollados, como consecuencia del accidente que sufrió de pequeño, que son al mismo tiempo don y carga pesada.

La complejidad alcanza también a los co­protagonistas, Karen Page (Deborah Ann Woll, la ac­triz de True Blood, quizá en un personaje algo plano) y Foggy Nelson (Elden Henson), amigo de juventud con quien abre la asesoría legal en el barrio que los vio crecer, que juega un papel entrañable, cómico pero no histriónico. Y a las relaciones entre ellos, donde se po­nen en juego la amistad, la lealtad, la sinceridad, el amor, el sentido de la justicia.

Pero sobre todo se manifiesta en los villanos. Vincent D’Onofrio da vida a un genial Wilson Fisk, que com­pagina una exquisita sensibilidad con una agresividad brutal. Más que villano es un antihéroe, un visionario que arrastra las consecuencias de su infancia y es vulnerable al amor. Madame Gao (que encarna la sa­biduría para el mal en un cuerpecito viejo y frágil), No­bu, el exquisito y sumiso Leland Owlsley, los matones rusos Vladimir y Anatoly, y Vanessa Marianna, que ofre­ce un interesante contrapunto como amante y alia­da de Fisk, terminan de componer el mundo de las som­bras. “Eramos los reyes» -recuerda nostálgico Fisk. “Los reyes no tienen cadáveres en el maletero”, replica Owlsley. “Díselo a Macbeth”. Sencillamente genial.

Ficha Técnica

  • País: EE.UU., 2015
  • Dirección: Farren Blackburn, Steven S. DeKnight, Phil Abraham, Ken Girotti, Adam Kane, Brad Turner, Guy Ferland, Nelson McCormick
  • Producción: ABC Television Studio, Marvel Entertainment, DeKnight Productions, The Walt Disney Company, Netflix
  • Duración: 1 temporada de 13 capítulos de 60 minutos. La segunda temporada comenzará a filmarse en el segundo semestre de este año y su emisión está prevista para 2016
  • Emisión en España: Netflix desde 10.4.2015
  • Público adecuado: +18 años (V+)
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