G.E.O. Más allá del límite

GEO Más allá del límite: Sacrificio

GEO Más allá del límite | Los Grupos de Operaciones Especiales de la Policía Nacional están considerados de los mejores cuerpos de policía del mundo y esta serie documental muestra el porqué. De cien aspirantes que se presentan solo quedarán al final un puñado de hombres tras siete meses y medio de pruebas insoportables, donde hay que ser de otra pasta para aguantar y conseguir la ansiada boina granate.

La serie es tremenda, en una palabra. Está a la altura de sus protagonistas. Es la primera que cuenta los entresijos del proceso de selección de una unidad de prestigio tan bien ganado. El trabajo de su director David Miralles y su equipo es impresionante. Logran cubrir todos los flancos en una narración que no trata solo de mostrar una sucesión de pruebas a cual más dura, sino de profundizar en el lado humano. Viéndola, de verdad uno sufre no solo porque las pruebas sean duras, sino porque Miralles y su equipo consiguen que te metas en la piel de los aspirantes, del sacrificio que hacen los que quieren servir a España en puestos tan arriesgados, y empieza uno a vislumbrar en todo su sentido aquello del libro de Job de Militia est vita hominis super terram, «es milicia la vida del hombre sobre la tierra». Y también nos asomamos a la rectitud de hombres como el inspector Pelayo, director del curso, que tiene la responsabilidad de coger a unos candidatos, buenos policías, desconfigurarlos pieza a pieza para volverlos a reconstruir, haciendo algo nuevo, unos hermanos de sangre.

Los lemas de sacrificio, trabajo, humildad, integridad y lealtad acompañan a los aspirantes en su formación y Miralles lo muestra con una cámara escrutadora, que se planta en medio de la acción, con la fotografía de colores apagados de Hernán Pérez y la música merecidamente épica de Laro Basterrechea, que envuelve escenas como los baños en el río Tajo con agua helada, los saltos nocturnos en paracaídas, los descensos en tirolina, los asaltos a aviones secuestrados y a barcos en alta mar. Nada de lo que hacen los instructores se deja a la improvisación, todo va fortaleciendo a los protagonistas, y es duro también para el espectador ver cómo algunos de los aspirantes con los que se ha ido encariñando no logran continuar, pero forma parte del empeño de los mandos policiales de quedarse solo con los mejores, en una unidad que es la última respuesta del estado contra los malos en especial frente a la maldita serpiente del terrorismo.

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