Isabel

Esta serie de La 1 de TVE merece el interés que ha despertado en el público

Isabel, de Javier Olivares

Isabel: Castilla, segunda mitad del siglo XV

Producida por Diagonal TV, una empresa audiovisual catalana que pertenece Endemol, el poderoso grupo multinacional, Isabel es una serie que, desde el pasado 10 de septiembre, emite La 1 de TVE.

La serie se ha puesto en antena con un retraso de 8 meses, después de que la propia cadena pública española anunciase su estreno en enero pasado, al concluir la temporada de la exitosa Águila Roja, que dicho sea de paso, me parece una serie hábil aunque me interese poco porque es elemental hasta decir basta.

Aquellos tormentosos años

Los 4 primeros capítulos de Isabel tuvieron una audiencia media de 3,8 millones de espectadores y han generado bastantes comentarios en la prensa española. Algunos de ellos, la verdad, producen vergüenza ajena (por ejemplo, que Alfonso parece un niño e Isabel una adolescente: lo eran. Al momento de la muerte de Alfonso, el rey tenía 15 años y su hermana Isabel 17).


Isabel cuenta la vida de Isabel de Trastámara, futura reina de Castilla, desde su niñez hasta la coronación en Segovia, en diciembre de 1474, cuando tenía 23 años. Isabel reinaría 30 años hasta su muerte. Lo previsto es que la primera temporada concluya con la subida al trono. La acción va saltando de Arévalo a Medina del Campo, Olmedo, Ávila, Segovia y demás plazas importantes del reino castellano.

Al mostrar secuencias rodadas en exteriores hay habilidad para recrear un alcázar, un campo de batalla o el patio de armas de un castillo. Son planos que dan aire a un relato que al ser fundamentalmente político agradece salir de estancias cerradas. La música de Jusid es adecuada y eficaz. La foto y el montaje de Azcano Sanavia funcionan bastante bien y dan lugar a momentos muy conseguidos.

La posibilidad de una segunda temporada dependerá, según las declaraciones de los directivos de Diagonal y de TVE del éxito de la primera y de que se pueda manejar un presupuesto similar al de la primera.

Isabel: Un argumento tentador

Cualquiera que conozca, aunque sea de manera elemental, ese periodo de la historia de lo que aún no era España comprenderá que afrontar una serie con ese argumento es tentador. Guerras, intrigas palaciegas, traiciones, envenenamientos, actos leales y heroicos, otros desleales, nobles altivos que no quieren perder su cuota de poder ante una monarquía que pretende someterlos, ordenes militares, legados papales, obispos, judíos, gente de fe sincera, amplios territorios de la península ibérica dominados por los musulmanes…

Se comprende que uno de los más grandes especialistas en los Reyes Católicos, el catedrático Luis Suárez, publicará cuatro apasionantes volúmenes con casi 1300 páginas. Tengo que recurrir al grandioso Julio César (El proceso clásico de la concentración del poder) de Jerôme Carcopino para hacer entender lo trepidante y sugerente que resulta el relato de Suárez.

Los siglos XV y XVI españoles tienen argumentos para series de televisión y películas de cine en abundancia (no olvidemos que además de Isabel, están su marido Fernando (el habilísimo monarca de Aragón, el más que probable inspirador de El Príncipe de Maquiavelo), Carlos V, Felipe II y la epopeya americana de los Colón, Cortés, Pizarro, etc…Los productores de esta serie parecen haberse dado cuenta de lo poco y casi siempre muy malo o mediocre que se ha hecho hasta ahora.

Una joven de 17 años, un reino disputado

La idea parte de Javier Olivares, creador y guionista de la serie que actúa como show runner. Olivares ha escrito una novela de casi 600 páginas, Isabel (La apasionante lucha de una mujer por llegar a ser reina)  que viene a ser lo que en el argot profesional del audiovisual se llama la biblia de la serie.

El director-jefe (hay capítuos rodados por otros realizadores como Max Lemcke) es Jordi Frades (14 abril. La RepúblicaLa señora), un profesional con experiencia, veterano de Diagonal TV. Otra serie de este sello es Amar en tiempos revueltos, que después de años en TVE pasa con otro título a Antena 3.

Isabel cuenta con un reparto que me parece excelente. Hacía años que una serie (o una película) española de época no tenía actores tan solventes. Empezando por la propia Isabel, que encarna con carisma y presencia la joven Michelle Jenner. Todos ellos usan (y me parece un acierto notable) un castellano lo suficientemente parecido al de la época para que lo que dicen suene coherente. Los diálogos tienen mucha fuerza y, por lo general, verosimilitud.

Isabel, de Javier Olivares

¿Una serie verosímil?

En este particular es obligado detenerse. Una serie de TV no es una clase de historia, tampoco un documental. La dramatización de la historia introduce elementos de ficción. Eso siempre ha sido así. Los 3 primeros capítulos de Isabel, vistos por quien conoce el relato histórico, contienen sustancialmente una historia verdadera, personajes verdaderos. Y la historia y los personajes son apasionantes, están llenos de interés.

¿Hay exageraciones? Claro. ¿Se cargan las tintas? También. ¿Queda desdibujado el curso de los acontecimientos y la figuras de los principales protagonistas de la historia tal y como nos la cuentan los libros más solventes? No especialmente.

Está claro que, por ejemplo, el retrato de los eclesiásticos es especialmente caricaturesco. Nos creemos que puedan ser ambiciosos y tener debilidades, porque grandes nobles de la época eran obispos y cardenales, pero el tono en este punto de la serie es demasiado uniforme. Faltan matices y contrastes en ese particular (algo especialmente importante, porque no hay que olvidar que la reina Isabel fue siempre mujer de fe recia y vivida, con una conducta  intachable como esposa y como madre: eso no lo ha puesto en duda ningún historiador serio). Otra cosa es la valoración de las decisiones de gobierno que tomó.

Comparaciones: más Yo, Claudio que Los Tudor

Comparar Isabel con HispaniaImperium y Los Tudor es razonable y pertinente pero hay que matizar. Evidentemente, por estrategia de producción, Isabel tiene concomitancias con las series citadas, pero es un producto distinto.

En Hispania Imperium hay mucha menos presencia de hechos históricos que en Isabel. Y Los Tudor es un culebrón hipersexualizado que por propia voluntad se enclaustra en un palacio para que todo sea más barato y fácil.

Hay en los 3 primeros capítulos de Isabel unas secuencias de sexo explícito que no vienen a cuento y molestan porque son sencillamente estúpidas y no aportan absolutamente nada. En el 4 desaparecen.

Nadie con dos dedos de frente y un poco de buen gusto necesita un desnudo insinuante de la reina Juana para entender que su hija sea llamada más adelante Juana la Beltraneja, tampoco una violación a cargo de Pedro Girón y una blasfemia atroz para que quede claro que es “malo” y que Isabel no quería casarse con él.

A este respecto, en respuesta a un breve comentario mío en mi cuenta de twitter sobre la serie, Javier Olivares se apresuró a asegurarme en una respuesta pública (por eso me permito referirme a ella) que esos salpicones de sexo de los 3 primeros capítulos no seguirían produciéndose en los siguientes.

En declaraciones al portal www.mizonatv.com, Olivares ha querido precisar que Isabel se parece más a Yo, Claudio que a Los Tudor. Según el guionista, la serie no es un folletín sino una serie de intriga política que cuenta el acceso al poder de una mujer muy joven que tiene que ir tomando decisiones con la ayuda de personajes de su entorno, que tienen mucha relevancia.

Espero que los productores de la serie, que se empezó a rodar en verano de 2011 se den cuenta del daño que puede hacer a su serie que el debate se centre en algo tan plano y banal como el sexo explícito, que como han dicho muchos grandes cineastas lo que hace es distraer al espectador de lo importante. Es injusto meter esta serie en el mismo saco con la flojísima Toledo, porque, a mi juicio, es bastante mejor.

Compararla con Juego de tronos es dar lisa y llanamente dar un salto en el vacío: me parece que habría que tender primero un puente para poder matizar muchas cosas, porque son productos muy distintos por el material de partida y por el tratamiento.

Prestigio y audiencia al alcance de la mano

En las manos de los productores y de TVE, que a fin de cuentas es quien paga, está lograr que Isabel sea una serie española de prestigio, fácilmente vendible en otros países, sobre un periodo histórico apasionante.

La buena realización, el cuidado diseño de producción, el excelente reparto, la calidad del texto en muchas escenas juegan a favor. Los 4 primeros episodios tienen secuencias muy logradas y lo que se cuenta es tan interesante, que dan ganas de seguir los pasos hacía el trono -mediando una guerra civil- y hacía el matrimonio de una mujer de extraordinaria valía, inteligente, audaz y con un carácter templado en el fuego de las dificultades y las adversidades desde la infancia.

Fernando, futuro esposo de Isabel, aparecerá en el capítulo 6, según ha declarado el guionista. Isabel, fue una de las mujeres más importantes de la historia, de eso hay muy pocas dudas. Al menos de la más poderosas.

Sé que no seré original, pero no me resisto: si una serie como esta sirviese para que muchos leyesen una buena biografía de Isabel La Católica o un ensayo sobre los hechos que se describen, habría que celebrarlo. La historia, la vida, es, a mi juicio, infinitamente más interesante, por lo general, que cualquier ficción.

Ficha Técnica

  • País: España, 2012
  • Dirección: Jordi Frades, Oriol Ferrer, Salvador García Ruiz, Joan Noguera, José María Caro, Max Lemcke
  • Duración: 3 temporadas (39 capítulos de 70 minutos)
  • Producción: Diagonal TV
  • Emisión en España: La 1
  • Calificación: Mayores de 18 años (VXD)
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