La delgada línea azul: Policías suecos

Una comisaría de policía en la ciudad sueca de Malmoe, que como es sabido está unida a Copenhague por un espectacular puente sobre el Báltico. Sara (Amanda Jan­sson), Magnus (Oscar Töringe), Jesse (Per Lasson), Leah (Gizem Erdogan), Danijela (Sandra Stojiljkovic) y Faye (Anna Sise) son policías y afrontan su trabajo en la tercera ciudad del país, en la que el mito sueco del es­tado del bienestar socialdemócrata se rompe en mil pedazos: familias desestructuradas, jóvenes desarraigados, temor al compromiso, drogas, soledad, suicidios a man­ta, odio, desprecio por la policía y por cualquier cla­se de autoridad, un sistema sanitario lastimoso en el que te tienes que estar muriendo a chorros para que te den un iboprufeno, infantilización de la política, uso com­pulsivo y sensiblero de las redes sociales, afán por sen­saciones fuertes…

La delgada línea azul -como en la película de Malick ba­sada en la novela de James Jones– separa el orden y el caos, la razón y la locura, el bien y el mal, la felicidad y la melancolía de los insatisfechos y frustrados. Los po­licías trabajan en una sociedad que ha tocado fondo, an­taño orgullosa de un bienestar construido sobre una tre­menda mentira, sobre un trágico error en la concepción sobre la dignidad del ser humano.

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Si en The Restaurant, Cilla Jackert prometía mucho y daba poco, aquí ha cuajado una serie muy valiosa. Los per­files de los seis personajes protagonistas son muy bri­llantes. Sobresalen Sara y Jesse, que evolucionan con unos arcos muy logrados. La tremenda humanidad de sus afanes resulta conmovedora y nada artificiosa. Sara pro­cede del norte del país y es una mujer de firmes convicciones religiosas: colabora con su parroquia donde for­ma parte del coro y atiende a personas desfavorecidas. Jesse está separado y tiene tres hijas, dos pequeñas y una adolescente llamada Siri. Leah -judía muy apega­da a su abuelo- y Magnus -muy ocupado de su forma fí­sica, impetuoso en el trabajo y avergonzado de su fa­milia- acusan el exceso dramático en sus respectivas tra­mas familiares, pero son también grandes personajes.

Twitter en el origen

Cilla Jackert encontró la semilla de la serie en Twitter. Jackert descubrió una cuenta policial con perfil ofi­cial que contaba el trabajo diario de los agentes sin gran­des acontecimientos. “¿Cómo te conviertes en un ser humano sano y completo en el mundo que vivimos, re­pleto de desigualdades, miseria y miles de problemas? Pen­sé que el trabajo de los agentes de policía era el pris­ma perfecto a través del cual explorar esa cuestión. Otras personas pueden mirar para otro lado y fingir que el mundo es normal, pero los oficiales de policía convi­ven con la miseria humana todo el tiempo”, comenta Jackert.

De manera coherente con este planteamiento, el crimen y su investigación no ocupan el lugar prominente en la serie, que se ocupa más bien de los alrededores, de las consecuencias del crimen en los habitantes de Mal­moe, una ciudad de 300.000 habitantes. La decisión es inteligente, porque le da al espectador un rela­to intere­san­te de cómo el crimen es recibido por muy dis­tintas per­sonas, entre ellas los policías. Sobran dos se­cuencias de sexo desagradables y absolutamente pres­cin­dibles.

El trabajo de cámara es muy notable, con una planifi­ca­ción brillante que incluye unos planos cercanos de los pro­tagonistas que resultan muy expresivos junto a planos generales del trabajo policial, que impresionan por su gran fuerza expresiva: valga el ejemplo de la secuencia de la iglesia a la que acude la policía a petición de la pastora protestante que avisa de que una mujer dro­gada se ha puesto muy agresiva. La serie está llena de secuencias en las que el Volvo policial se para en un parque, o en una calle de un barrio marginal, para comprobar si unos jóvenes están consumiendo drogas o acu­de a una tienda en la que se ha denunciado un robo.

La luz de Suecia llena una acción que se desarrolla muy al norte, aunque Malmoe esté al sur de este país de 450.000 kilómetros cuadrados (un poco menos que Es­paña) y 10 millones de habitantes, que tiene un clima muy agradable entre mayo y septiembre, dominando el frío y la falta de sol en el resto del año. Frío y calor ver­tebran la historia de esta serie siempre interesante.

Ficha Técnica

  • País: Suecia (Tunna blå linjen), 2021
  • Dirección: Anders Hazelius, Mikael Hansson, Sanna Lenken
  • Fotografía: Linus Eklund, Ola Magnestam, Simon Pramsten, Jon Rudberg
  • Música: Irya Gmeyner, Martin Hederos
  • Duración: 1 temporada (10 capítulos de 60 minutos)
  • Emisión en España: Filmin (estreno 17.8.2021)
  • Público adecuado: +18 años (X)
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