Maigret: La otra vis de Rowan Atkinson

Uno de los demonios que acechan al actor es el enca­si­llamiento en un papel o género cinematográfico, el en­cierro en una torre de oro y cristal de la que difícilmen­te se puede salir. Si hay un género en el que cuesta abrir­se camino y lograr la aceptación del público, ese es la comedia. Por eso -oh, silogismos- encasillarse en la comedia es lo peor que a un actor le puede pasar. Ahí solo ca­be una cosa: morir de éxito.

Rowan Atkinson ha sabido labrarse a lo largo de su ca­rrera artística un hueco insustituible en la comedia, en particular en el subgénero del slapstick, con ese matiz ‘british’ tan personal. Para las generaciones de los úl­timos treinta años, la identificación del actor con sus po­pulares personajes es absoluta: Atkinson no es Atkinson, es Mr. Bean o Johnny English. Nació, creció en la comedia y estaba destinado a morir en ella… hasta que llegó Maigret.

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La cadena británica ITV decidió hace unos años adaptar por enésima vez en la historia del cine las novelas de Si­menon sobre Jules Maigret, el circunspecto comisa­rio jefe de la policía judicial de París, y se lo plan­teó a At­kin­son. Por qué la ITV hizo esa locura no he logrado saberlo, pero el cómico con gran sentido común y de la de­cencia rechazó la oferta para evitar que el peso de sus his­triónicos personajes perjudicara a un va­lor de la literatura y el cine al que era, por cierto, muy afi­cionado.

La ITV insistió y Atkinson, después de valorarlo de nue­vo, decidió aceptar. «He sido un devorador de las no­ve­las de Maigret durante muchos años y estoy ansioso por interpretar a un personaje tan intrigante, trabajando en París, durante un período fascinante en su historia», dijo poco antes de comenzar el rodaje.

Se zambulló en el protagonista y el resultado fue sor­prendente. Viendo al actor en ese ejercicio de circuns­pec­ción, mesura y prudencia que caracterizan a Maigret, uno olvida completamente las extravagancias de sus personajes de siempre. Atkinson se revela como un gran­dísimo y versátil intérprete. Él mismo dijo que este pa­so era el mayor reto de su carrera porque suponía po­ner­se en la piel de «un hombre corriente» por primera vez. «Maigret es un tipo normal pero con un trabajo inu­sual; a diferencia de otros detectives de la literatura no es un excéntrico ni tiene esqueletos en el armario».

Maigret

Junto al reto personal del cambio de registro, el actor asu­mió otro casi mayor: el del personaje del comisa­rio de Simenon, protagonista de 75 de sus más de 191 novelas, sin contar las firmadas con sus veintisiete pseudónimos, que -según el escritor y traductor Carlos Pujol– incrementarían la cifra hasta 600.

Porque Maigret no es uno solo, sino muchos, tanto en ci­ne como en televisión. Jean Renoir lo llevó a la gran pan­talla en La noche de la encrucijada. Richard Pottier, Jean Delanoy y Maurice Tourneur también hicieron pe­lículas sobre él. El comisario se encarnó en actores co­mo Charles Laughton y Jean Gabin (en varias ocasiones). Hay un Maigret inglés, italiano, belga, ruso, holandés e incluso japonés. Siempre con su inconfundible pi­pa. En película, serie, miniserie y tv movie; también en la ITV y la BBC con anterioridad. ¿Cabía esperar algo nue­vo del de Rowan Atkinson?

El estreno de la miniserie de la ITV Maigret consiguió reunir a más de siete millones de espectadores en Gran Bretaña en la primera temporada, que se estrenó en 2016. La ITV y Atkinson firmaron una segunda entre­ga, tam­bién de dos episodios de 90 minutos, que se estrena­ron en 2017.

Para refrescar la memoria a nuestros lectores, Jules Mai­gret es el comisario jefe de la central de la Policía Ju­dicial en el París de 1955, diez años después de acabar la II Guerra Mundial. Ayudado por los detectives Lapointe (Leo Staar) y Janvier (Shaun Dingwall), y siempre sos­te­nido por su esposa Madame Maigret (Lucy Cohu), se en­frenta a todo tipo de casos en los barrios antiguos de la capital francesa gracias a su perspicacia, su dedica­ción y métodos no siempre bien vistos por sus superiores. Y también con algo muy propio de Simenon, que tras­ciende a la acción y que Atkinson sabe llevar muy bien al personaje: su empatía con las debilidades humanas, una profunda compasión por el alma atormentada del delincuente y cierta sensación de fracaso al no ser ca­paz de erradicar las causas más profundas del mal.

En los capítulos que Filmin nos presenta en esta primera temporada, Jules debe atrapar a un asesino en serie que ha acabado con la vida de cinco mujeres (Maigret tiende una trampa). O decide buscar al asesino de un hom­bre que le había llamado aterrorizado porque intentaban matarle (Maigret y su muerto). Todo ello con la in­confundible marca británica, experta en la adaptación del género detectivesco desde Sherlock Holmes a Hércules Poirot: una cuidadísima producción donde París es el centro histórico de Budapest, más parecido al París de los años 50 que la propia capital francesa; una fotografía repleta de claroscuros, un vestuario exquisito y aque­lla música de jazz que entonces estaba de rabiosa ac­tualidad.

Ficha Técnica

  • País: Reino Unido (2016)
  • Dirección: Ashley Pearce, John East
  • Música: Samuel Sim
  • Fotografía: Dirk Nel
  • Duración: 2 temporadas (2 capítulos cada una de 90 minutos)
  • Emisión en España: Filmin
  • Público adecuado: +16 años (V)
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