Mr. Selfridge: Vendedores y vendidos
· Mr Selfridge es lo que quiere ser, un melodrama coral ambientado en unos grandes almacenes, con frecuentes salidas a otras localizaciones para mostrar a los personajes que viven en el Londres de principios de siglo.
En 1909, Harry Gordon Selfridge, un empresario norteamericano, abre en Londres unos grandes almacenes que llevan su nombre. Procedente de Chicago, donde ya había tenido negocios del ramo, Selfridge revoluciona los hábitos de compra de los londinenses poniendo en práctica una estrategia comercial que estará presidida por el concepto de que «el cliente siempre tiene razón», consiguiendo un ambiente refinado y exquisito pero no necesariamente elitista, donde se puede encontrar casi de todo lo que una familia acomodada necesita para hacer su vida ordinaria y extraordinaria.
Un gran edificio en Oxford Street se convertirá en punto de encuentro de los habitantes de una ciudad en la que entrar en una tienda y pasearse sin ser importunado, para poder apreciar el género o probarse sin mayores problemas una prenda no realizada a medida, suponía una verdadera revolución. Hasta ese momento las relaciones vendedor-clientes discurrían por otros cauces y el estilo Selfridge supone una novedad que revoluciona a las clases acomodadas de un país muy apegado a las tradiciones.
En Selfridge se reinventa el escaparatismo, se redistribuyen las secciones colocando la perfumería en la planta baja, se invita a celebridades que atraigan al público, se instala un avión que acaba de batir un récord, se trae a un explorador, se prueba el primer aparato de televisión, etc. Y se ponen en práctica las temporadas de rebajas, los saldos y las oportunidades. Todo con estilo pero con un afán de vender difícil de superar.
Para lograr poner en pie el proyecto, Selfridge tiene que reclutar a sus vendedores y formarles, y también que levantar un gran edificio, construido por el mismo arquitecto que hizo el que tenía en Chicago. Su objetivo será ganarse a un espectro de clientes lo más amplio posible, incluyendo al propio rey de Inglaterra, para vender más y mejor. Sus almacenes serán imprescindibles o no serán. Para lograrlo, habrá que ganarse la atención de muchos líderes de opinión de la sociedad londinense de principios del siglo XX.
Muy inglesa, de la productora de Downton Abbey
De esto trata la primera temporada de esta serie inglesa de ITV (el mismo canal que emite Downton Abbey) que ha optado por un casting que mezcla actores norteamericanos y británicos. Basada en la novela Shopping, Seduction & Mr Selfridge, de Lindy Woodhead, la serie mezcla la vida profesional de Selfridge y sus empleados con las relaciones personales y afectivas que se van estableciendo.
Con un diseño de producción cuidado (el decorado construido en Kent es impresionante) y un buen nivel de realización, la serie no pretende inventar la pólvora, ni ser especialmente original. Sabe que tiene una historia interesante y la cuenta con eficacia y amenidad. Las reacciones displicentes de algunos críticos parecen olvidar que se está contando una historia real y que, por tanto, no tiene mucho sentido pedirle a la serie que sea lo que no puede ser. Mr. Selfridge es lo que quiere ser, un melodrama coral ambientado en unos grandes almacenes, con frecuentes salidas a otras localizaciones para mostrar a los personajes que viven en el Londres de principios de siglo.
Los actores están bien y el tono coral, tan común en las series británicas, propicia que los espectadores puedan interesarse por las peripecias de una docena de personajes: Selfridge y su esposa, su gerente, su diseñador jefe, sus responsables de departamento, algunas dependientas, etc. Las apariciones en la tienda de Shackelton, Conan Doyle o el rey Eduardo VII son momentos álgidos de la primera temporada.
En la actualidad, Selfridge’s es con Harrod’s la mayor cadena de grandes almacenes en el Reino Unido.
La serie tuvo en su contra que la BBC emitió poco antes una de similar temática y planteamiento, The Paradise. Esto obligó a la ITV a retrasar su emisión que comenzó en enero de 2013. Los 10 episodios de la primera temporada llegan hasta la consolidación de los grandes almacenes y para la segunda temporada, que empieza ahora, se introduce la llegada de la Primera Guerra Mundial, un acontecimiento que suele ser un revulsivo para la ficción anglosajona, que sabe sacar partido a un acontecimiento que cambió muchas cosas en poco tiempo.
Por lo descrito, es fácil comprender que la serie gustará más a las mujeres que a los hombres. Me parece que, a diferencia de otras similares, tiene algo muy interesante y es contarte algo que conoces y te resulta familiar, pero que no sabes cómo se inventó. Cosa que no ocurre en otras muchas series, que repiten una y otra vez los mismos temas y el mismo perfil de personajes (policías, abogados, delincuentes, médicos, aristócratas y sirvientes…).
El componente sentimental está tratado con sentido común, cosa que a algunos comentaristas parece incomodarles como si de un error imperdonable se tratase. En este sentido, el tono que emplea el veterano y experimentado Andrew Davies es muy acertado. El creador, galés de 78 años, trabaja en series de TV desde 1967 y ha realizado muchas adaptaciones de novelas para el cine y la televisión. Mr. Selfridge tiene un tratamiento bastante similar al de la citada Downton Abbey, que ciertamente está mejor escrita, desarrollada e interpretada. Aunque, si les digo la verdad, hay veces que me dan unas ganas tremendas de dar un pico y una pala a los miembros de la familia Crawley, porque verdaderamente no dan un palo al agua.
Ficha Técnica
- Creador: Andrew Davies,
- Guion: Andrew Davies, Kate O'Riordan, Kate Brooke,
- Intérpretes: Frances O'Connor, Jeremy Piven, Trystan Gravelle, Katherine Kelly, Gregory Fitoussi, Aisling Loftus, Zoe Tapper,
- País: Reino Unido, 2013
- Dirección: Anthony Byrne, Michael Keillor, Jon Jones, John Strickland
- Música: Charlie Mole
- Duración: 10 episodios de 46 minutos, salvo el piloto que dura 60
- Emisión en Reino Unido: ITV (6.1 – 10.3.2013)
- Emisión en España: TVE (pendiente de emisión)
- Caificación: +16 años (S)