Pulseras rojas: Del pupitre a la sala de espera
La historia que cuenta Pulseras rojas tiene bastante que ver con la biografía de su guionista, productor, escritor y creador. Albert Espinosa (Barcelona, 1974) padeció tres cánceres que le llevaron a pasar su adolescencia en un hospital (de los 14 a los 24 años) y a perder una pierna el día de Sant Jordi. Años después, ese mismo día, Espinosa logró ser el autor que más ejemplares vendió en la última Feria del Libro catalana con su novela Si tú me dices ven lo dejo todo… pero dime ven. Entre estos dos acontecimientos, Espinosa ha alternado la literatura con el cine. Ha dirigido (No me digas que te bese porque te besaré) y escrito guiones para otros directores como Antonio Mercero (Planta 4ª, en la que ya se trataba la temática de la serie) o Pau Freixas (Héroes), con el que ha vuelto a trabajar en Pulseras rojas.
«En el hospital tuve tres cánceres, perdí una pierna, un pulmón y medio hígado. Pero fui feliz. Para mí la muerte puede dar mucha vida, y las pérdidas mucha ganancia. Yo tenía muy buenos amigos, familia y sentido del humor, y eso me salvó. En los hospitales la gente no se muere de cáncer, sino de aburrimiento».
Estas frases resumen una vida y el tono de una serie que trata sobre algo tan tremendo como son las enfermedades graves de un grupo de adolescentes. Con cada operación reciben una pulsera roja que es la que marca el nombre del grupo en el que está el líder, el guapo, el listo, el imprescindible, el segundo líder (que sería líder si ya no hubiese uno), la chica y el guapo.
La serie desprende optimismo y veracidad, elementos difíciles de conjugar. Con una temática tan dolorosa apenas hay lágrimas. Lejos de la autocompasión, cada personaje muestra las lógicas dudas y temores, pero no se quedan ahí. Esto hace que veamos a unos adolescentes con recorrido y matices, nada que ver con el tópico que suelen mostrar con tanta frecuencia el cine y la televisión: fugados de cerebro y saturados de testosterona. Esto no se lograría sin un guión magnífico que entretiene con las aventuras del grupo en el hospital (Espinosa es ante todo un gran narrador) y emociona sin trampa ni cartón. Como diría un gran sabio de nuestro país, «la vida es más real en los hospitales».
«La gracia de este mundo es conocer a personas que te cambian la vida, perlas y diamantes que están ahí, esperando que las descubras». No sólo una cita bonita, sino un modo de dibujar a unos personajes que Espinosa admira con sus defectos, sus momentos insoportables y también sus aspectos entrañables de heroísmo hospitalario.
Por otro lado, Pau Freixas es un director que engrandece a su guionista. Ya lo hizo en Héroes, premiada por el público en el Festival de Cine de Málaga de 2010, y vuelve a hacerlo en Pulseras rojas. Si en Planta 4ª o No me digas que te bese porque te besaré había grandes aciertos de Espinosa, también había caídas de ritmo y varias concesiones a la zafiedad que dañaban el tono elegante y amable de la historia.
En Pulseras rojas, Freixas pule estos detalles y acierta con una planificación en la que hay grandes espacios en los que resaltan los colores claros de una fotografía difuminada que expresa a la perfección el alma de la historia: esperanzas de una juventud que marcará para siempre a los personajes. Por otro lado, Freixas confirma su maestría en la dirección de actores jóvenes que actúan con naturalidad y simpatía.
La música esta compuesta por grupos catalanes y es más que un aséptico fondo de pantalla: oxigena la historia creando, sin pedantería, espacios de reflexión sobre la vida de los personajes. Aunque Sense tu del grupo Terapia de Shock (magníficamente utilizada en el clímax del primer capítulo) es la canción que más ha trascendido, cada capítulo tiene un par de temas muy bien insertados como La meva terra és el mar, de Lax’n’Bustos, El teu tresor, de Lluis Cartres, o Puc ser jo, de Whiskins.
Prueba de que las estrofas de estas canciones tienen un contenido específico en la serie es que suenan el tiempo necesario y no, como es habitual en tantas series españolas, el tiempo que dure la canción (algo que acaba ralentizando la narrativa y aburriendo al espectador con escenas innecesariamente alargadas).
Un defecto de la serie que puede parecer menor, pero que en mi opinión llama la atención, es su irregular edición de sonido y locución. La serie está rodada en catalán y doblada al español, algo que no tenía por que notarse. Y no sólo se nota sino que en algunos momentos te distancia de la historia. Apenas hay sonidos de ambiente, lo que hace que el doblaje suene postizo y superficial (en el hospital, y más en uno público, no hay ese silencio en off). Hay doblajes muy deficientes como el de Toni (el personaje que interpreta Marc Balaguer) al que le dan un matiz cercano al de Forrest Gump.
Cosas que pasaron en Héroes y que vuelven a ocurrir en un país con mucha tradición de doblaje, que se hace fundamentalmente en Barcelona. Esperemos que la cosa mejore en futuras temporadas (han previsto cuatro).
No es de extrañar que recientemente Steven Spielberg haya comprado los derechos de la serie para producirla en Estados Unidos con ayuda de la guionista y productora Marta Kauffman (Friends). Y es que el director de Héroes (película que tenía mucho que ver con la mirada adolescente de cintas como Los Goonies o E.T.) conecta en Pulseras rojas con el tono mágico y aventurero del mejor cine de Spielberg.
Ficha Técnica
- Creador: Albert Espinosa,
- Guion: Albert Espinosa,
- Intérpretes: Àlex Monner, Mikel Iglesias, Igor Szpakowski, Joana Vilapuig, Marc Balaguer, Nil Cardoner,
- País: España, 2011
- Dirección: Pau Freixas, Oriol Ferrer
- Fotografía: Julián Elizalde
- Montaje: Liana Artigal, Regino Hernández
- Música: Arnau Bataller
- Duración: Primera temporada (13 capítulos de 45 minutos)
- Producción: Televisió de Catalunya/Castelao
- Emisión en España: TV3 (24.1.2011) y TNT (5.12.2011)
- Público adecuado: +16 años (temática, lenguaje crudo incidental)