Reacher 3

Reacher 3: La horma de su zapato

La tercera temporada de Reacher (Reacher 3) pone en escena la novela El inductor. En esta ocasión, Reacher se pasea por un pequeño pueblo de Maine y descubre por casualidad que un tal Quinn, un siniestro individuo a quien creía muerto, sigue vivo. Decide averiguar qué trama y retirarlo de circulación (no necesariamente en ese orden). Mientras contacta con inteligencia militar, agentes del FBI lo abordan. Le dicen que persiguen lo mismo y deben colaborar. Reacher se infiltrará en una red criminal y obtendrá información para los federales, a cambio de su ayuda para saldar sus cuentas con Quinn.

A priori más de lo mismo, pero las pequeñas diferencias importan. En primer lugar, los fans del personaje de Lee Child están de suerte: Nick Santora sigue con bastante fidelidad las novelas en que se inspiran sus guiones y, ya lo dijimos en otra ocasión, lo que aporta de su cosecha mejora el relato original. Esto quedó claro en la segunda temporada, y vuelve a ser cierto en la nueva. Además, ya se ha dado cuenta, al solitario Reacher le beneficia algún colaborador: en este caso la agente Duffy del FBI, y la incomparable Neagley, de su vieja unidad, que apareció en la segunda temporada. Además, la trama se ha vuelto más compleja -como exigen los nuevos tiempos-, y la evocación del pasado de Reacher aporta información valiosa sobre el héroe. Finalmente, aunque Reacher sea una mole, en este caso se encuentra con la horma de su zapato: una montaña que le saca dos cabezas y lo puede tumbar de una bofetada. Ya era hora de descubrir que Superman no es invencible y que además de cuerpo (hay algunos chistes al respecto en esta temporada) hace falta cabeza.

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Conviene decir que Alan Ritchson se va encontrando más cómodo en su personaje, y que el resto del elenco, habituales e incorporados a esta temporada, trabaja de maravilla. Una serie muy entretenida, con mucha acción y, sin duda, cruel.