Shôgun

Shôgun: Japón, 1603

La nueva serie basada en la exitosa novela de James Clavell, publicada en 1975, se ha estrenado tras una azarosa producción que ha puesto a prueba el músculo de la productora FX y el tesón de su creador Justin Marks, guionista de Top Gun: Maverick y de la serie Counterpart.

Marks, y su mujer y productora Rachel Kondo, asumieron la re escritura del guion de Shôgun tras el abandono de Ronan Benett cuando la serie había empezado a rodarse en marzo de 2019. Los ejecutivos de FX vieron que el remake de la muy popular producción de 1980 protagonizada por Richard Chamberlain y Toshirō Mifune no tenía suficiente carisma para atraer al público de las plataformas en 2024. La serie la distribuye Disney en España.

La historia, inspirada en acontecimientos ocurridos en Japón a principios del siglo XVII, cuenta la vida de un daimio o señor feudal llamado Toranaga que lucha por hacerse con el poder y convertirse en shôgun (regente) con la ayuda de un marino inglés y protestante que ha llegado a Japón en un barco holandés. El inglés odia a los católicos y tiene ocasión de demostrarlo porque los jesuitas asentados en Japón han llevado a la fe a varios daimios y a sus esposas. Las tensiones entre los daimios para hacerse con el shogunato crecen y no evitan atrocidades, incluyendo las órdenes de suicidios rituales.

Sangre, traiciones, secuestros, ambición, sexo y batallas son los ingredientes de una serie con un diseño de producción bastante bueno. Hiroyuki Sanada es un grandísimo actor y compone a la perfección el personaje de Toranaga. Cosmo Jarvis es el gran problema de la serie porque su Blackthorne es un personaje muy pobre, un garrulo insignificante que se siente atraído por una hermosa mujer, Mariko, conversa al catolicismo y casada con un animal de bellota.