Small Axe: Racismo en londres

Diferenciar cine y televisión en la actualidad es cada vez más innecesario. Esta miniserie de Steve McQueen (Shame, 12 años de esclavitud, Viudas), que este año se llevó el premio a la mejor película de la Asociación de Críticos de Los Ángeles, es un ejemplo. No voy a entrar ahora en el debate eterno sobre la cir­cunscripción de las candidaturas de los premios porque es esperpéntico, pero apunto este dato porque cada ca­pítulo de esta serie funciona como un largometraje in­dependiente. El nexo de unión de estas historias se re­sume en un proverbio que aparece en Small Axe, una can­ción de Bob Marley de 1973: “Si tú eres el árbol grande, nosotros somos el hacha pequeña”. En esta miniserie los protagonistas luchan por la igualdad de derechos de mo­dos muy diferentes, algo que hemos visto en infinidad de películas y series, pero nunca situando la historia en Inglaterra entre los años 60 y 80.

Steve McQueen es un artista polifacético y eso se no­ta especialmente en esta ficción. Además de ser di­rec­tor, guionista y productor de sus películas también ha ejer­cido de editor y director de fotografía. No obstan­te, es­tudió Bellas Artes y se formó como escultor profesio­nal. Todo esto se percibe de una manera evidente en es­ta serie, en la que el realizador transmite con el color, la fotografía, las texturas, la música y la composición en el plano. Uno de los capítulos más celebrados de es­ta fic­ción es Lovers Rock, que se refiere al subgénero del reggae, y en el que el cineasta utiliza el baile y la mú­sica como instrumento de catarsis, un vehículo para mos­trar la capacidad para crear una comunidad entre in­dividuos desconocidos que comparten la melodía de to­da una raza. Este capítulo tiene una selección musical ex­traordinaria y una planificación muy personal y enor­me­mente sugerente, aunque algo deteriorada en el tra­mo final por una sensualidad excesiva que rompe con la be­lleza delicada del resto de la serie.

Small Axe tiene un reparto en el que hay actores primerizos que suponen todo un descubrimiento por su ta­len­to y naturalidad, y estrellas de reconocimiento inter­na­cional como Letitia Wright (Black Panther, In­finity War), Saniqua Okwok (Boys) o John Boyega (Star Wars: El despertar de la fuerza). El guion de Steve McQueen facilita su trabajo con personajes perfecta­men­te medidos, en los que el mensaje que se quiere trans­mitir no rompe con la armonía y la verosimilitud de sus caracteres. En este sentido, el realizador hace un especial esfuerzo en no caer en el maniqueísmo de blan­cos y negros que pretende superar por medio de ca­da una de estas historias. El desarrollo de personajes ma­tiza de una manera ejemplar los puntos de vista y las di­ferentes sensibilidades de los conflictos raciales. De es­ta manera, Steve McQueen se aleja del pancartismo sim­plificador y tosco de cineastas como Spike Lee, que han ido perdiendo estilo y credibilidad con historias y per­sonajes extremos e inverosímiles.

Si hubiera que destacar un capítulo me quedaría con el tercero: Red, With and Blue, que cuenta el proceso de un joven científico que decide entrar en la policía londinense para cambiar desde dentro una institución marcada por los abusos a los de su raza. Tiene el ritmo mejor cui­dado de toda la miniserie, algo que en el resto de los ca­pítulos se echa en falta. En este episodio, la narración tie­ne un dinamismo que es perfectamente compatible con un cuidado formal exquisito y una interpretación for­midable de John Boyega, premiada con toda justicia con un Globo de Oro el pasado 1 de marzo.

Ficha Técnica

  • País: Reino Unido, 2020
  • Fotografía: Shabier Kirchner
  • Música: Mica Levy
  • Duración: 1 temporada (5 capítulos de 60-90 minutos)
  • Emisión en España: Movistar+
  • Público adecuado: +18 años (X-)
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