Star Trek: Picard

Star Trek: Picard | Stewart y el sentido del deber

· Star Trek: Picard | Historia origi­nal, lle­na de guiños a otras historias, pero sin nada que expulse a quien se acerque a esta serie con ojos nuevos.

El almirante Jean-Luc Picard, de noventa y dos años, pa­sa los años de su jubilación en Francia, entre los viñe­dos de su familia. Allí le asaltan regularmente pesadillas en las que aparecen los hechos que provocaron su aban­dono de la Flota Estelar dieciocho años antes: la re­belión de los androides, la destrucción de Marte, el aban­dono a los romulanos, y que implican a su viejo ami­go Data. Mientras repasa y lamenta una y otra vez las decisiones que tomó, recibe una visita del pasado que le impulsa a volver al espacio, para salvar una vida y, tal vez, a toda la galaxia.

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Los trekkies están de suerte, desde su anuncio y desde el cartel la nueva serie de Star Trek prometía; tras las cu­riosas andanzas de Discovery, sin pena ni gloria, se tra­taba de La nueva generación y su más famoso capitán, con Patrick Stewart al frente. Se puede decir que Picard cumple. Por una parte hay un tono nostálgico, cre­puscular, en el que aparecen viejos héroes y referencias al pasado, y para ello Stewart es insustituible; de he­cho, cuando en el capítulo cuarto vuelve a decir «Engage», tiembla la pantalla. Al mismo tiempo no se trata de una revisión de La nueva generación, sino de una se­rie nueva: Picard es un hombre mayor y le acechan los fantasmas del pasado, pero tiene que actuar ahora y esta es la aventura en la que se embarca, realizada en el siglo XXI, con toda la herencia de Discovery y su ma­nera de trabajar: calidad de la imagen, de los efectos, na­rrativa y ritmo.

Un repaso a los creadores, guionistas y directores ­muestra que la pro­duc­tora ha puesto toda la carne en el asador. Está el novelista Mi­chael Chabon, con Alex Kurtzman y Akiva Goldsman en primera lí­nea, para crear una historia origi­nal, lle­na de guiños a otras historias, pero sin nada que expulse a quien se acerque a esta serie con ojos nuevos. Con fidelidad a las series originales, con múltiples alusiones a hechos con­temporáneos, como hi­zo Star Trek­ originalmente, con el mis­mo espíritu, con los dilemas éticos y el sentido del deber en primer pla­no.

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