The Afterparty

The Afterparty: El asesino es…

The Afterparty es una miniserie de ocho episodios en la que, al modo de Agatha Christie, una detective investiga un supuesto asesinato. A diferencia de la célebre escritora británica, los guionistas de esta serie presentan personajes y hechos con un grandísimo sentido del humor, a menudo negro, a veces ligeramente picante; y la versión, cualquiera que fuera su origen, es contemporánea.

The Afterparty comienza en picado: a primeras horas de la madrugada, en una mansión que da a un acantilado, propiedad de una estrella del pop llamada Xavier, el propio Xavier, anfitrión de un buen grupo de antiguos compañeros suyos de instituto, cae por la terraza y se estrella sobre las rocas, al lado del mar. ¿Ha sido un accidente? La policía que ha acudido al lugar de los hechos decide que no, Xavier ha sido asesinado, y que lo ha matado alguno de sus compañeros que estaba en la fiesta. Al estilo de Hercules Poirot, la policía va a interrogar a cada uno de los presentes.

Cada episodio está dedicado a uno de los sospechosos, cada episodio tiene un tono diferente, según el caracter del testigo interrogado. No es una simple versión diferente de los mismos hechos, sino una revelación de un personaje y sus motivaciones, y un montón de información nueva.

A medida que avanzan los interrogatorios descubrimos que esta fiesta de antiguos compañeros es la continuación de la fiesta de fin de curso, quince años antes, en la que ocurrió un hecho que todos quieren ocultar. Xavier es el centro de atención, pero el protagonista de la serie es Aniq, víctima de Xavier, principal sospechoso que hoy como hace quince años intenta declarar su amor a su compañera Zoe, y además quiere resolver el crimen.

No todos los personajes tienen el mismo protagonismo, lo que es una pena ya que cada interrogatorio es divertidísimo, como si un grupo de grandes actores de comedia se reuniera para jugar al Cluedo en directo. En el capítulo dedicado a Zoe tiene una peculiaridad, utiliza mucha animación. El ritmo es frenético, lo que permite pasar por alto algunos fallos y su única preocupación es divertir, lo que logra plenamente. De hecho, esta comedia solo falla en los raros momentos en que intenta manejar la historia en serio.