The Following, de Kevin Williamson: Poe los crea y ellos se juntan

Corresponde a las series que conforme avanzan de­crecen, mostrando sus limitaciones e incoherencias en las tramas y los personajes.

The following trata de una secta de asesinos en se­rie que siguen fielmente las órdenes de Joe Carroll (James Purefoy): un profesor de literatura, escritor frus­trado y líder obsesionado con las obras de Edgar Allan Poe. En frente tendrá a un detective alcohóli­co que padece una insuficiencia cardíaca: Ryan Har­dy (Kevin Bacon), que además tiene una relación pro­hibida con Claire Mathews (Natalie Zea), la ex mu­jer del asesino que persigue.

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Probablemente junto con Bram Stoker, Edgar Allan Poe es el escritor más influyente en el género terrorífico tanto en literatura como en el cine y la te­levisión. Quedan lejos las películas de serie B de Ro­ger Corman, basadas en sus relatos más famosos: La caída de la casa Usher, El péndulo de la muerte, El cuervo, todas ellas realizadas en la década de los 60. Desde entonces, Poe sigue siendo una referencia muy actual que podemos ver en la película El enig­ma del cuervo y la serie The following, creada por el ex­perto en terror “adolescente” Kevin Williamson (Scream, Sé lo que hicisteis el último verano, Crónicas vampíricas).

¿Y qué puede hacer un director de cine y televisión especialista en productos dirigidos para la pubertad abofeteable con un escritor tan grande como Poe? Buena pregunta. Pero más bien habría que hacerla al revés. ¿Qué puede hacer Poe con un director tan limitado como Williamson? Ayudarle a hacer lo me­jor que ha hecho hasta ahora, enseñarle a subir un par de peldaños en cuanto a la escritura de personajes, la elaboración de la intriga, etc.

The Following es de las series que conforme avanza de­crecen, muestran sus limitaciones e incoherencias en las tramas y los personajes. Comparado con Crónicas vampíricas (serie que, no lo olvidemos, llegó a seis temporadas sin dejar de dar en ningún momento vergüenza ajena), estamos ante un producto de relativa calidad, entretenido si uno no piensa demasiado. Salvaje en algunos momentos pero sin llegar al nivel de series como True blood. El problema es cuando la comparamos con series policíacas como Sher­lock, Luther o, incluso, El mentalista. La distancia es kilo­mé­trica. Cuesta mucho creerse a esta secta de jóvenes asesinos despiadados que parecen recién sa­lidos de Gossip girl o Revenge. Y el psicópata que los lide­ra no llegaría a mayordomo de Hannibal Lecter (El si­lencio de los corderos), Alice Morgan (Luther) o Dex­ter.

Un poco más de carisma tiene la pareja que componen Kevin Bacon (Mystic river, Sentencia de muerte) y Natalie Zea (Justified). Pero aún así su ro­mance resulta insuficiente para sostener una serie que tiene muchos giros que más que sorpresa provo­can hilaridad. Williamson nunca se ha destacado por ser un malabarista de las palabras y la resolución de los conflictos. Y esto se nota en muchos momentos que podrían ser impactantes y no lo son. Fal­ta vida en los diálogos, ingenio en la colocación de las salidas de emergencia y muchos matices en los personajes simples y acartonados. Tampoco la pla­nificación y la música salen en ningún momento de los tópicos televisivos, con lo que la serie, más que avanzar, naufraga lentamente con cientos de flash-backs a modo de inútiles salvavidas.

En definitiva, un paso adelante para Williamson de la mano de Poe, pero un paso insuficiente en una eta­pa dorada para las series policíacas.

Ficha Técnica

  • País: EE.UU., 2013
  • Música: John Frizzell
  • Duración: 1 temporada de 15 capítulos de 45 minutos
  • Producción: Outbanks Entetainmenty, Warner Bros. Television
  • Emisión en España: TNT y próximamente Antena 3
  • Calificación: +18 años (V+XD)
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