The Walking Dead: Los zombies envenenan nuestra era
Rick Grimes (Andrew Lincoln) es un policía norteamericano que se despierta de un estado de coma en un hospital abandonado. El mundo que le espera está desolado y sólo hay muertos andantes que persiguen a las pocas comunidades de supervivientes del planeta.
Invasiones alienígenas, epidemias globales, multiplicación de los zombies… Estos tres argumentos han sido en la primera década del siglo XXI una metáfora constante de la preocupación vital que sufre la sociedad del bienestar tras el 11-S.
Si en 1968, George A. Romero utilizaba La noche de los muertos vivientes como parábola crítica sobre la situación de Estados Unidos con motivo de la Guerra de Vietnam, el caso Watergate, etc., el cine de terror actual tiene en el terrorismo islámico una constante fuente de inspiración.
Lo asombroso es que una serie sobre zombies en 2010, es decir, después de 10 años de bombardeo apocalíptico, tenga una audiencia tan mayoritaria. The Walking Dead es la serie de mayor éxito de la AMC con más de 5 millones de espectadores en Estados Unidos, y en España es la más vista en la historia de la Sexta con más de 3 millones.
El secreto, una vez más, es que el producto tiene un estilo propio marcado por su creador, Frank Darabont (Cadena perpetua, La milla verde, La niebla). Este director, nacido en Francia en 1959, es uno de los grandes narradores del cine de terror de corte sobrenatural, un declarado fan de las películas de George A. Romero y también de otras películas recientes de zombies tan diferentes como 28 días después, de Danny Boyle, Amanecer de los muertos, de Zack Snyder, o Zombies party, de Edgar Wright. Sin embargo, Darabont tanto en La niebla como en The Walking Dead se distancia de estos autores en un punto esencial: los personajes y el uso del terror gótico.
La serie tiene planos salvajes que requieren un estómago a prueba de bombas, pero en ningún momento sucede lo que vemos en las películas anteriormente citadas en las que hay un momento en que el director se desata y pone en funcionamiento la feria de las vísceras.
Apocalipsis a la salsa Darabont
Darabont sabe manejar los tiempos de acción porque sabe contar historias de personajes. En palabras del director, «nos gustó hacer una serie porque podíamos conocer a los personajes y fue una experiencia en capítulos en desarrollo y que nunca antes se había llevado a cabo». Ahí radica la grandeza de The Walking Dead, es una serie con mucho más recorrido en el argumento. Una vez más, el secreto está en el guión que sabe sorprender con intensos conflictos dramáticos y algunos giros que hacen que la serie no deje al espectador acostumbrarse a ninguna rutina. En este sentido los dos últimos capítulos de la primera temporada, por algunos muy criticados, me parecen un salto de calidad tan sorprendente como redondo.
La serie cobra trascendencia y se sitúa a kilómetros del existencialismo nihilista que suele dominar el género terrorífico. Siendo una serie en la que vemos la crueldad en estado puro, también vemos la conciencia moral de los personajes, el necesario auxilio de la esperanza o la capacidad del amor como motor de la supervivencia.
Otra cualidad de la serie es lo bien interpretada que está por actores más conocidos por la televisión que por el cine (especialmente Sarah Wayne Callies, conocida como Sarah Tancredi en Prison Break). Los intérpretes saben actuar con naturalidad en escenarios recreados digitalmente gracias a efectos especiales que pasan desapercibidos pero que reflejan el tono del cómic original (basado en viñetas dibujadas en blanco y negro y grises, dejando el color simplemente para la portada).
Los planos aéreos (como el del protagonista a caballo sobre una autopista vacía con grandes edificios en gris sobre un cielo nublado) dan el tono apocalíptico que la serie requiere. Por otro lado, la aparición del color en los momentos de clímax (la conversación de las dos hermanas en la barca sobre el agua cristalina, la luz blanca que irradia a los personajes en la llegada a un “oasis futurista”) son muy significativos.
La música de Bear McCreary (compositor de series de ciencia ficción como Battlestar galactica o Las crónicas de Sarah Connor) combina el homenaje a las melodías clásicas del género con tendencias más actuales (simbiosis que resulta muy eficaz en los créditos de la serie). La utilización de Tomorrow is a long time, de Bob Dylan, en un momento esencial de la serie enriquece la profundidad de campo del argumento con estrofas que dicen:
“There’s beauty in the silver, singin’ river,
There’s beauty in the sunrise in the sky,
But none of these and nothing else can touch the beauty
That I remember in my true love’s eyes.
Yes, and only if my own true love was waitin’,
Only if she was lyin’ by me,
Then I’d lie in my bed once again”.
Lo asombroso es que un producto tan rentable haya cambiado de dueño para la segunda temporada. Al parecer, los problemas de AMC con el creador de la serie se deben a que exigían a Darabont que realizase el doble de capítulos (pasaría de 6 a 13) por el mismo presupuesto. De tal manera, que los 12 millones que costaba cada capítulo de la primera temporada pasarían a ser 6, algo que pareció insultante al director de Cadena perpetua. No es la primera vez que AMC tiene problemas con los creadores de sus series estrella (a las negociaciones de las nuevas temporadas de Breaking Bad y Mad Men sólo faltó Mourinho para consumar el estado de sitio).
Por lo visto en el primer capítulo de la segunda temporada parece claro que el trabajo previo de Darabont está muy presente. Y es que el creador de la serie inicial fue despedido en la sala de edición mientras montaba el primer capítulo de la segunda temporada y ya llevaba meses escribiendo. La mezcla de acción, tensión y drama de este capítulo tiene la aportación religiosa hasta ahora prácticamente inédita en la serie, pero sí reconocible en las películas de Darabont (especialmente La milla verde).
Ficha Técnica
- Creador: Frank Darabont,
- Guion: Frank Darabont, Robert Kirkman, Greyson Chance, Chales H. Eglee, Jack LoGiudice, Glen Mazzara, Adam Fierro,
- Intérpretes: Sarah Wayne Callies, Michael Rooker, Andrew Lincoln, Laurie Holden, Emma Bell, Jon Bernthall, Jeffrey DeMun, Stven Yeun,
- País: EE.UU., 2010
- Dirección: Frank Darabont, Ernest R. Dickerson, Guy Ferland, Gwyneth Horder-Payton, Michelle Maxwell MacLaren, Johan Renck
- Fotografía: David Boyd
- Montaje: Julius Ramsay, Hunter M. Via, Nathan Gunn
- Música: Bear McCreary
- Duración: Primera temporada (6 capítulos de 45 minutos ), Segunda temporada (13 capítulos de 45 minutos)
- Producción: AMC
- Estreno en EE.UU.: 31.10.2010 (Primera temporada) y 16.10.2011 (Segunda temporada)
- Estreno en España: La serie empezó a emitirse en Fox el 5 de noviembre de 2010. Después la Sexta compró los derechos y empezó a emitirla el 12 de enero de 2011
- Distribución DVD en España: Avalon, 28,95 € (Primera temporada)
- Público adecuado: +18 años (temática, varias secuencias de violencia, sexo)