Un asunto privado

Un asunto privado: Heroína metepatas

Un asunto privado cuenta los disparatados esfuerzos de Marina Quiroga, una bella joven de clase alta, hija y nieta de inspectores de policía, por descubrir a un asesino en serie y convertirse en la primera mujer policía de la región. En todas sus aventuras cuenta con la ayuda de su fiel mayordomo, Héctor, y con la oposición de su hermano -inspector de policía- y de su madre, excesivamente convencional.

Estamos ante una comedia policiaca algo disparatada, de bella factura y ritmo frenético. La investigación y los asesinatos son reales, pero nuestra heroína es un chiste que aúna a Sherlock Holmes y a Watson, y tiene la mala costumbre de compensar cada acierto con una metedura de pata garrafal. Marina Quiroga es interpretada por Aura Garrido, que se revela solvente en las situaciones cómicas; el gran Jean Reno da vida a Héctor, y se puede decir que es el mejor papel que podía encontrar a sus 74 años. El resto del reparto es de gran calidad con Ángela Molina, Álex García, Gorka Otxoa, Tito Valverde, Irene Montalá, Pablo Molinero y Andrés Velencoso.

Cada episodio tiene una estructura paralela, un capítulo de investigación con su introducción, nudo, desenlace y el enigma que prepara el siguiente capítulo. Cada capítulo tiene una introducción original en dibujos animados, con la misma música y duración, que en pocos segundos hace una sinopsis de lo que vamos a hacer, un derroche bello y eficaz.

La ambientación es excelente, próxima y distante a la vez; la atmósfera es tensa. Marina Quiroga está en perpetuo conflicto con todo su entorno: con su madre, porque le gustaría verla casada; con su hermano, por ser él el inspector de policía y no ella; con el mundo, por ser masculino y no dar una oportunidad a las mujeres; con… Todo ello, junto a los crímenes, propicia un ritmo frenético que viene ayudado por un montaje moderno que consigue que cada episodio se pase en un vuelo, pero que tiene un hándicap: la velocidad a la que transcurre todo no permite apreciar las espléndidas actuaciones.

El otro hándicap, típico de algunos guiones empeñados en destacar la competencia de la protagonista femenina, es el convertir a todos los varones en idiotas. Si no estuviéramos ante una comedia, resultaría ridículo.

En definitiva, un buen y simpático entretenimiento policiaco que destaca por la factura, por la pareja protagonista y por su muy adecuado tono cómico.