Maléfica

Maléfica: Una buena reinvención

Maléfica es un cuento bien contado, atractivo, ameno e interpretado con solvencia. 

Robert Stromberg -prestigioso diseñador de producción que ya cuenta con dos Oscar por Avatar y Alicia en el país de las maravillas– se estrena en la dirección con una película que llega 55 después del estreno de La Bella Durmiente (1959).

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Maléfica se basa, al igual que la producción del 59, en el cuento de Perrault, escrito en el lejano 1697. Tiene muchos elementos en común con su antecesora fílmica y con el cuento original: hay una bruja, una princesita llamada Aurora, un príncipe joven y apuesto, un rey llamado Stefan, tres hadas, un maleficio… y hasta un cuervo que acompaña siempre a la mala.

Pero la guionista Linda Woolverton se ha encargado de hacer una adaptación que en realidad es una reinvención. Con los elementos clásicos narrativos, siendo fiel al espíritu y al estilo Disney, ha construido una historia diferente, esta vez centrada en la evolución de la mala de la historia, que confiere una nuevo enfoque a la trama. Estamos ante un viaje personal de Maléfica, bien apuntalado por otros personajes que aportan más calado y emotividad a la historia, como sucede con el cuervo Diaval o la propia princesita Aurora. Y las tres hadas madrinas dan, como en la versión del 59, la vis cómica necesaria en una realización de estas características.

Stromberg pone toda su capacidad creativa, que es mucha y poderosa, al servicio del look de la película. Para la ambientación, se basó en obras pictóricas clásicas, con el objetivo de conseguir una ambientación de ensueño -con mucho colorido e imaginación- pero a la vez clásica y realista. Por una parte, derrochó toda su inventiva introduciendo diferentes personajes del reino animal, nuevos para esta versión. Pero además se esforzó porque hubiera alusiones muy claras a la versión anterior, como sucede con la recreación física del castillo, tanto por dentro como por fuera, o con el estilismo de Maléfica, una reminiscencia perfecta de la villana más famosa de la historia, totalmente reconocible por todos.

Una Maléfica magníficamente interpretada por Angelina Jolie.  Tiene gracia que su hija Vivienne Jolie-Pitt, de cuatro años, ha salido en esta película dando vida a la princesita Aurora a esa edad, porque era la única niña que no se asustaba al ver a su madre vestida de modo terrorífico… Estupendas también Imelda Staunton, Juno Temple, Lesley Manville en sus papeles de hadas y la joven y tierna Elle Fanning como princesa adolescente.

Si sumamos unas espectaculares secuencias de acción, la pegadiza música de un especialista como James Newton Howard -no falta el conocido tema musical One upon a dream– y el hábil uso del 3D, quedan 97 minutos de buen cine, un atractivo cuento para público amplio.