Toy Story 3: ¿Buena… la tercera parte? No. Buenísima
Once años han pasado desde el estreno de Toy Story 2, secuela excelente, la tercera película de Pixar y la primera totalmente creada, masterizada y exhibida en formato digital. Toy Story, la primera producción de Pixar, es de 1995 y fue el primer largometraje animado generado íntegramente por ordenador.
Sin asomo de grandilocuencia, se puede escribir que Toy Story 3 es la mejor tercera parte de la historia del cine, amén de una de las mejores películas animadas. Lo que han declarado sus autores se ha cumplido: querían cerrar una gran historia contada en tres entregas y lo han logrado.
No quiero seguir sin hacer una advertencia, especialmente necesaria: todos mis comentarios se refieren a la versión original, que ha contado con unos actores sensacionales que logran registros de voz inolvidables. La versión doblada, por motivos evidentes que no revelaré, será otra cosa, mucho menos sutil, mucho menos graciosa, teniendo en cuenta el esmero con el que Pixar cuida el audio de sus producciones y el importantísimo papel que tiene la lengua castellana en el clímax de la película, una sorpresa que en buena medida se explica por la presencia de españoles en el equipo internacional de animadores de la compañía de John Lasseter.
Las noticias que llegaban del estreno norteamericano de la cinta (18 de junio) hablaban de buena recepción del público y de críticas muy favorables. Y es lógico. Toy Story 3 es una película muy divertida y amena, conmovedora, a su manera profunda y muy seria, con momentos de un arte arrasador, acción a raudales, giros de guión excelsos y uno de los mejores finales que ha rodado la factoría Pixar (y los tiene buenísimos, me basta pensar en el de Monstruos S.A.).
Un final a la altura de los primeros minutos de Up, que para alguien que sepa un poco de cine conduce directamente a un señor llamado John Ford, y no me tiembla la mano al escribirlo -tras meter un rato la cabeza en la nevera para evitar el furor del teclado y que mi admirado Ford se removiese en la tumba-. Hace falta un inmenso talento para rodar esa secuencia del jardín, con las puertas abiertas, con un tempo sublime y una hondura que conmueve hasta dejar a la sala con lágrimas en los ojos, cosa muy meritoria cuando los que se sientan en ella son críticos de cine que se saben de memoria el final de Centauros del desierto.
Un derroche de talento
La audacia de Pixar, su enorme creatividad, sigue sorprendiéndonos. En la película anterior, Up, contrataron a Thomas McCarthy (The visitor) para que ayudara en el guión. Esta vez se lo han confiado por completo (le han entregado la historia) a un guionista sin experiencia en animación y con una sóla película a sus espaldas, que poco tiene que ver con Toy Story 3 tanto desde el punto de vista temático como del tratamiento. Michael Arndt, ganador del Oscar al guión original por Pequeña Miss Sunshine, ha hecho un trabajo fabuloso, con una trama, unos conflictos, unos puntos de giro, una escritura de diálogos, una evolución de personajes y unas situaciones de humor delirante que dejan al espectador hechizado.
Sumen a lo escrito una animación impecable, con un 3D muy ajustado, unos fondos trabajadísimos (el diseño de la guardería es un alarde de inteligencia), un muy brillante tratamiento del color y de la luz, la inspiradísima música de Randy Newman, la precisión del montaje y unos nuevos personajes (ese desgarrador oso de peluche abrazador con sabor a fresa) diseñados con la habilidad del mejor orfebre: el resultado final es sencillamente deslumbrante. Y para colmo, el aperitivo en forma de corto es ingenioso -a nivel técnico, argumentalmente es poquita cosa- hasta decir basta.
La sombra de Lasseter (productor ejecutivo) es alargada, o dicho de otra manera, gran parte del mérito es suyo. No es casual el sentido y explícito homenaje que incluye Toy Story 3 a Hayao Miyazaki, tan querido y admirado por la familia Pixar, muy presente en toda la película, pero de manera evidente con la presencia de Totoro, el personaje predilecto del director japonés.
La manera de hacer trilogía de los autores de la historia (Lasseter, Stanton y Docter), llevando a los juguetes al cambio generacional que supone la entrada en la universidad de su dueño, Andy, es habilísima y sería imposible sin la inspiradora experiencia familiar que confiesan abiertamente sus creadores. Se puede decir más alto, pero no más claro: sin el aprecio -el orgullo- por la familia, por el matrimonio, por la paternidad y la maternidad que hay en Pixar, el flexo de la “i” no alumbraría de una manera tan potentísima.
Ficha Técnica
- Dirección: Lee Unkrich,
- Guion: Michael Arndt,
- Intérpretes: Tom Hanks, Ned Beatty, Timothy Dalton, Tim Allen, Michael Keaton, Joan Cusack, John Morris,
- País: EE.UU., 2010
- Fotografía: Jeremy Lasky
- Música: Randy Newman
- Duración: 103 m.
- Distribuidora: Disney
- Público adecuado: todos
- Estreno en España: 23.7.2010