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Crónica del SEFF. Los grandes temas se dan cita con miradas personales y variadas (martes 12 y miércoles 13)

Little Joe (Jessica Hausner, 2019)

SEFF. Sobre la verdad

Mirada femenina y bélica en el SEFF, la de Agnieszka Holland (Darkness, Europa Europa, Angry Harvest) en Mr. Jones, coproducción de Polonia, Reino Unido y Ucrania sobre la vida real del periodista británico Gareth Jones, que investigó las atrocidades de Stalin durante la colectivización forzada en Ucrania.

Una película muy sólida sobre el compromiso con la verdad, su ocultamiento por parte del sistema, el control informativo y la banalidad y corrupción profesionales, que dialoga con el periodismo de todos los tiempos.

Holland, con mano firme en la dirección, y  la desconocida Andrea Chalupa, con un guion medido y ajustado que gestiona muy bien la elipsis, se meten en la piel del periodista, obligando al espectador a descubrir junto a su propia investigación las dimensiones del espanto. Narrada desde la redacción de Rebelión en la granja, obra en la que George Orwell denunció el régimen estalinista bajo la forma de una fábula. La verdad siempre encuentra sus caminos.


El hambre y el frío se palpan en este filme a través de una cámara subjetiva que sigue a Gareth Jones (Jamen Norton) y muestra planos horizontales sobrecogedores de los páramos nevados de Ucrania.

SEFF. Sobre la felicidad

Otra mujer que nos ha sorprendido gratamente con una mirada original al drama de ciencia-ficción es Jessica Hausner (Lourdes). En este mundo donde el bienestar se ha convertido en un derecho, Little Joe plantea la creación por parte de la ingeniera Alice (Emily Beecham, premio a la mejor actriz en Cannes), junto a su compañero Chris (Ben Whishaw), de una planta que desprende el aroma de la felicidad y no tiene capacidad de reproducirse.

Con una contención maravillosa, una paleta colorista y minimalista, y una chirriante música que condensa toda la rabia, el filme plantea hasta dónde puede llegar el ser humano en el negocio de la suplantación de lo natural. Hay algo de Cronenberg y también del Don Siegel de La invasión de los ladrones de cuerpos en esta película inquietante donde lo que quizá sobra es el plano final.

SEFF. Sobre el respeto a la naturaleza

El respeto al ecosistema nos lleva a La famosa invasión de los osos en Sicilia. El personalísimo universo visual del ilustrador y autor de novela gráfica Lorenzo Mattotti (también colaborador de figuras como Lou Reed, Soderbergh y Antonioni) se funde aquí con el del escritor Dino Buzzati, cuyo libro adapta en esta joya de la animación moderna.

La historia de cómo los osos acaban invadiendo Sicilia para recuperar al hijo perdido del Rey Oso es en realidad una parábola sobre la colonización, la apropiación cultural y la utilización despótica del poder, tratados con deleite plástico y capas de significado en una obra que, como las de Sendak, Rodari o Saint-Exupéry, parten de lo infantil para alcanzar la universalidad.

La famosa invasión de los osos en Sicilia (Lorenzo Mattotti, 2019)

SEFF. Sobre la religión

El joven Ahmed, de los hermanos Dardenne, pone el dedo en la llaga de la radicalización islámica tratando con delicado humanismo, y extraordinaria gestión del suspense, la vulnerabilidad de un adolescente musulmán residente en Francia al adoctrinamiento de Youssouf, el imam de su mezquita.

Sin estridencias, sin cargar las tintas ni subrayar la tragedia, plantea un drama personal, familiar y comunitario de pérdida de la inocencia y supone una llamada de atención sin didactismos.

Otro filme que trata también la inculturación en la Francia laicista, en este caso de un hombre israelí, es Sinónimos, de Nadav Lapid. Extraña película que ganó el Oso de Oro en la Berlinale. Yoav recién llegado a Francia se queda literalmente desnudo, sin posesiones ni identidad. Renace así de cero, renegando del Israel y del hebreo, y establece una intrincada y sensual relación con sus benefactores Émile (Quentin DolmaireA Violent Desire for Joy) y su novia Caroline (Louise ChevillotteAmante por un día). Una compleja y difícilmente digerible metáfora sobre la violencia estatal israelí y sobre las mentiras de la libertad occidental.

SEFF. El amor

En estas jornadas variopintas y de un tejido cinematográfico de calidad, Guillermo Rojas nos sorprendió con su opera prima rodada en Londres, y en su tierra natal, Sevilla.

Narra la historia de Abril y Daniel, unos exnovios que no se ven desde que ella lo dejó todo atrás hace cinco años para irse a trabajar a Londres. Abril regresa Sevilla para asistir al funeral de su abuela. A su regreso, pasa una jornada con el que fue su amor de juventud, Daniel, dando riendas a un entramado de sucesos que hará plantearse a la protagonista qué es lo que realmente siente y quiere en su vida actual.

Hablamos de una historia sobre quedarse o partir, de pasar página y madurar o de anclarse a una vida pasada. Como telón de fondo, una ciudad protagonista para el director, Sevilla, que nos salpica con su agradable clima y aroma (muy presente en los diálogos de la película), logrando transmitir nostalgia y belleza por igual al conjunto narrativo. Cuenta con una playlist muy bien escogida, con participaciones de grupos de la escena musical indie sevillana, como All La Glory o Maga, que enriquecen el contenido y ritmo de los diálogos entre los personajes.

Un drama romántico con tintes de comedia que nos sorprende al alejarse de tópicos amorosos y tonos sensibleros. No todos los espectadores obtendrán lo que quieren, pero sí todos reflexionarán sobre el retrato generacional de la juventud actual, la emigración y sus consecuencias.

SEFF. Sobre lo infinito

Sobre todo ello habla Roy Andersson en About Endlessness. Lo divino, lo esencial o accidental pero humano. «He visto un hombre que ha perdido la fe», «un joven que aún no ha encontrado el amor»… ¿Quién narra? ¿La vida, la historia, el propio director? No sabemos, pero lo hace de forma existencial, con planos estáticos, una paleta de tonos beige, enfoques frontales y laterales casi pictóricos, y ese cierto humor sueco un poco incomprensible. En todo caso, la vida es maravillosa y los acercamientos a ella tan variados como artistas hay.

Cristina Abad y Mario Escalona

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