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Festival de Cannes 2015. Round 3. Un griego: la gloria o la cicuta

Emma Stone y Joaquin Phoenix en Irrational man (Woody Allen, 2015)

Festival de Cannes 2015. Round 3. Un griego: la gloria o la cicuta

Amanece en La Croissete. Es el tercer día de Festival de Cannes 2015, nuevo para algunos, viejo para otros. Lanthimos, Allen, Moretti.

Los del día viejo regresan a casa justo cuando este critico empieza jornada. Son los últimos en retirarse de las carpas que ocupan la playa, los espacios donde han muerto las fiestas que cierran los estrenos del dia anterior. Algunas bellas con sus codos flexionados, los tacones sobre el hombro. Otros ebrios, zizagueantes de champagne. Hay perdedores y ganadores pero da lo mismo, son los de ayer. Para los del dia viejo, el circulo se cerrara cuando hoy abran Variety, L’Ecran o Screen. Allí en una pagina, negro sobre blanco el juicio de algún vate de la critica les dara la puntilla o terminara por encumbrarles. El Festival empieza un nuevo dia y los filmes de ayer ya no cuentan, son lagrimas en la lluvia, aunque aquí luzca el sol.

Luego están los del dia nuevo. Cannes acongoja, te mete el miedo en el cuerpo. Como tu película abra su carrera comercial en el pase de prensa prepárate para lo peor. Hoy ha sucedido con The lobster. Su director, el griego Lanthimos dio la campanada hace seis festivales con Canino, una opera prima que apenas costo 200.000 euros y que fue aclamada y odiada en medio mundo. El director griego que después hizo una cosa llamada Alps, bonita y barata también pero carente de frescura. Sin embargo, la critica no se cebó con él y le dio el beneficio de la duda.


Entonces vino la llamada terrible. Thierry le llamó, le ofrecio un caramelo envenenado, concursar en la Seccion Oficial con su nuevo largo. Algo al alcance solo de figuras consagradas del cine mundial. Yorgos aceptó encantado, pero este hombre no ha sido critico en Cannes y no sabe donde se metía.

Fue el principio del fin. El pase de prensa de las ocho treinta es como una corrida en Las Ventas con dos mil abonados, TODOS del tendido siete, es como ser Casillas en el Bernabeu el día después de sacar de banda.

Traer tu tercera película a la Seccion Oficial el segundo dia de Festival es un suicidio. Aunque sea buena. Y encima una alegoría sobre las relaciones con tono ironico. Algo asi como si Marienband se hubiese encontrado con Teléfono Rojo. Pobre Lanthimos, no sabía dónde se metía.

Y la película es buena. Muy buena. Pero da lo mismo. No has epatado, Yorgos. Y lo vas a pagar. En el Teatro Palais hay dos mil butacas en fase decreciente. Colin Farrell está magistral con su actuación a lo Wes Anderson. Los de arriba se han reído bastante, lo peor que podía pasarte, porque los de arriba, los del gallinero, no pintan nada. Los que valen son los de abajo, los del patio. Autenticos pesos pesados del negocio. Y a esos cuanto más se rien los de arriba, más les fastidia.

Has sido sentenciado. Y tu mejor película, pobre Lanthimos, ha recibido la peor de las condenas, la indiferencia.

Cannes 2015. Woody Allen sigue por la vereda Dostoyevsky

Que bien habrías hecho, Lathimos en seguir los consejos de tus mayores. Mira a Woody que ha venido aquí con su cuarta entrega de su ruta Dostoyevsky. Nada nuevo bajo el sol en Irrational Man, que por lo menos no irrita. Algunos paisajes bellos, Rhode Island y su zona universitaria, diálogos como siempre cultos sin culteranismo, algún actor inesperado, brutal Parker Posey, pero poco mas.

Una faena sabia del viejo Woody. Su película no concursa, no tiene el nivel, pero se lleva toda la avalancha promocional del festival. Y a los críticos sedientos de sangre les cae bien Woody porque no aspira a nada. La ligereza se perdona en Cannes.

Mirad a Nanni Moretti y a Koreeda que vienen a la Seccion Oficial pero con el filme previamente estrenado en sus territorios. Y es que Cannes es la gloria o la cicuta. No me gustaría estar en la piel del Sr. Lanthimos. Al menos hasta que caiga la noche y pueda olvidar la sentencia en una fiesta playera.

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