La diligencia, el primer western sonoro de John Ford (1939)
· Con La diligencia (1939) de John Ford, estamos ante una obra-puente que asimila aspectos de la tradición westerniana anterior con sus elementos iconográficos como sombreros o grandes pistolas.
La diligencia, el primer western sonoro de John Ford (1939), ha pasado a la historia del cine como una de las mejores películas de todos los tiempos, paradigma de las formas clásicas del cine norteamericano. Orson Welles vio la película muchas veces antes de realizar ese otro gran prodigio cinematográfico: Ciudadano Kane. Es conocida la devoción que tenía por el director irlandés, hasta el punto de que cuando le preguntaban cuáles eran los tres cineastas que más admiraba, respondía: John Ford, John Ford y John Ford.
En La diligencia encontró Welles una medida exacta entre tipología social americana, profundización psicológica de los personajes, lírica en imágenes y epopeya histórica, recogidos en una historia sencilla, y narrados con una realización también pulcra y una puesta en escena de western, género donde mejor se movía Ford, aunque no exclusivo. André Bazin lo resume metafóricamente en el libro ¿Qué es el cine?: “La diligencia evoca la idea de una rueda tan perfecta que permanece en equilibrio sobre su eje en cualquier posición que se la coloque”.
La diligencia comienza en Tonto, aldea de Texas donde las damas distinguidas y puritanas expulsan a una prostituta, Dallas, que se ve obligada a tomar una diligencia con destino al Oeste. En la diligencia viajan un médico borrachín -también expulsado del pueblo-, un jugador profesional con aspecto de caballero sureño, un viajante de licores con apariencia de clérigo, un hombre circunspecto, una dama, hija y mujer de militares, que desea reunirse con su esposo, el sheriff, que va en busca de Ringo Kid (John Wayne), cowboy fugitivo, del que sospecha que va a matar a los asesinos de su hermano, y un banquero que escapa con el dinero de sus clientes en una maleta. Todos ellos se ven obligados a convivir en el estrecho cajón de una diligencia, lo que da pie a Ford a desarrollar uno de sus temas favoritos: el conocimiento y la aceptación del otro, a través de un viaje lleno de peligros en el que el trayecto físico comporta otro moral.
Bola de sebo
El relato referencia de Maupassant se desarrolla en la segunda mitad del siglo XIX en Ruan, ciudad invadida por el ejército de Prusia. Allí, algunos comerciantes deciden trasladarse a El Havre, ciudad defendida por el ejército francés, a bordo de una diligencia. Ocupan su interior -además del cochero- tres matrimonios y dos monjas, que representan la ley, y dos personas que escapan a ella: Cornudet, fiero demócrata, y Rousset, prostituta, a la que apodan “Bola de sebo”, y a la que los distinguidos compañeros de viaje obligarán a ofrecer sus servicios al enemigo para salvar el pellejo.
Diligencia a Lordsburg
La siguiente referencia literaria es un texto periodístico publicado en EE.UU. en los años veinte por Ernest Haycox, titulado Diligencia a Lordsburg. Ford lo descubrió en la revista Collier’s Magazine. Aunque su historia era superficial y no estaba bien desarrollada para ser llevada al cine, el cineasta pensó que los personajes tenían matices muy interesantes y compró los derechos. Al tratarse de una película del Oeste -género que no gozaba de prestigio ya en aquel tiempo-, no encontró ningún productor que asumiera el proyecto, hasta que Walter Wanger, de la United Artists, accedió y pudo comenzar el rodaje en el Monument Valley, lugar mítico al que tantas veces regresaría.
“El acierto de Haycox consiste -según Utrera– en trasladar la ambientación y los personajes franceses -de Maupassant– a un espacio norteamericano donde el viejo Oeste impone leyes y modos de convivencia. (…) El cuento del escritor francés al cruzar el océano ha experimentado una profunda transformación; ha perdido su valor simbólico y la enseñanza moral; es apenas una anécdota de la frontera; respecto a la futura película, sus veinte páginas plantean, sucinta pero suficientemente, todo un entramado de relaciones capaces de constituir una síntesis desde la que puede construirse, organizada y detalladamente, el guión”.
la diligencia es una obra-puente que asimila aspectos de la tradición westeriana anterior con sus elementos iconográficos como sombreros o grandes pistolas
El guión de Nichols
Ford dio a Dudley Nichols el encargo de transformar el relato de Haycox en guión. Éste lo dotó de una estructura de tres actos con puntos de giro y subtramas propios de una fórmula clásica. Existen algunas semejanzas con el cuento de Maupassant: similitudes fonéticas en los lugares, antagonistas, coincidencias en detalles que actúan como metáfora, etc. Al margen de estos aspectos, el guionista decidió profundizar más en la psicología de los personajes, en sus códigos de valores y en sus relaciones interpersonales y dotó al texto de verosimilitud.
Ford nos legó así una de sus obras maestras, la summa, el romancero o el cantar de gesta del Oeste Americano, fundamental en la formación de los Estados Unidos y en la conciencia de los estadounidenses. Todo el Far West, con sus representantes de la civilización norteamericana y sus principios de valor, lealtad y camaradería, estaba metido en esa diligencia que corría a galope por los impresionantes paisajes de Monument Valley.
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