Class Enemy. Aspirante eslovena al Premio Lux

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Class Enemy. Aspirante eslovena al Premio Lux

La película de Rok Bicek ya fue premiada en Venecia. Mañana sabremos si gana el Lux. Ahora, la crítica de Fernando Hdez. Barral.

La segunda película que compite por el Lux es Class Enemy del esloveno Rok Bicek. La cinta ya fue premiada en Venecia y ha tenido un recorrido exitoso por festivales.

La historia tiene aires de deja vú. A una clase de secundaria ocupada por adolescentes que sufren los conflictos propios de la edad llega Robert (Igor Samorob), el nuevo profesor de alemán cuyos métodos chocarán con el conformismo del alumnado. Por ahora nada nuevo bajo el sol, ya lo hemos visto antes en The Blackboard Jungle (1955) o Rebelión en las aulas (1967) las fudadoras de un subgénero que en los últimos años actualizaron Michelle Pfeiffer o Robin Williams. Pero ahí acaban las similitudes.

El profesor Robert de Class Enemy no es el Keating de Dead Poets Society (1991), otro de los hitos del género. Como en la cinta de Peter Weir el eje del relato es un suicidio sin embargo ahí acaban las similitudes. Class Enemy es una película interesante que juega bien sus cartas. Rodada con apenas medio millón de euros demuestra como se puede hacer un cine poderoso si hay pulso narrativo. Sin música ni alardes visuales la cinta va calando en el espectador, su austera forma hace que nos concentremos en el relato.

Bicek dirige con garra a los actores y rueda directo, sin concesiones al sentimentalismo. Robert es un personaje incómodo porque aparentemente no actúa, no se sube a las mesas ni declama a los clásicos. Sólo hace una cosa con maestría: educar.

La cinta recuerda a la magistral Detachment (2010) donde otro profesor, interpretado por Adrien Brody, se paseaba por un instituto de Los Angeles sin resolver ni uno sólo de los conflictos de sus alumnos pero sí dotándoles de armas para la vida.

Como profesor, reconozco que la película es honesta, el retrato que hace de los alumnos es verídico. En Class Enemy no hay tópicos de la película de instituto. Los adolescentes aparecen en cambio como seres de carne y hueso. Ni demasiado problemáticos, ni drogadictos, ni lascivos. La vida misma, conflictos de hoy.

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