Biel Montoro, Nacho Sánchez, Lola Cordón, Itsaso Arana, Chani Martín e Iñigo Aranburu completan el reparto de Diecisiete, con la música de Julio de la Rosa.
Tras pasar, fuera de concurso, por el pasado Festival de San Sebastián -donde tuvo una buena acogida de público y crítica-, Netflix estrena hoy la nueva película de Daniel Sánchez Arévalo, Diecisiete, producida por Atípica Films, amable y divertida road movie para toda la familia sobre un adolescente problemático a punto de cumplir la peligrosa mayoría de edad.
Biel Montoro, Nacho Sánchez, Lola Cordón, Itsaso Arana, Chani Martín e Iñigo Aranburu completan el reparto de esta cinta dirigida y escrita por Sánchez Arévalo, que no firmaba un largo desde 2013 (La gran familia española) tras unos años volcado en el cortometraje. La música original es de Julio de la Rosa, la dirección de fotografía corre a cargo de Sergi Vilanova Claudín y los productores ejecutivos son José Antonio Félez y Cristina Sutherland.
El protagonista de la película, Héctor (Biel Montoro), de 17 años, interno en un centro de menores, participa en una terapia de reinserción con perros donde crea un vínculo indisoluble con uno tan apocado y esquivo como él. Cuando un día su perro no aparece porque ha sido adoptado, Héctor, lejos de alegrarse por el animal, decide escaparse para ir en su búsqueda. Así empieza un viaje inesperado en caravana, en el que participan su hermano mayor Ismael, su abuela Cuca, dos perros, una vaca y otros animales.
Como explica Sánchez Arévalo, «siempre me he considerado un privilegiado, he hecho el cine que quería hacer. Han pasado seis años desde que estrené mi último largometraje, sentía que necesitaba cambiar de rumbo. A veces para poder avanzar hay que parar. Tomarse un descanso y reflexionar. En este tiempo, he escrito una novela, he realizado publicidad, he dirigido teatro, he seguido rodando cortometrajes…».
Así que «a pesar del tiempo que ha pasado, no considero esto un retorno. O bueno sí, tal vez sí, pero no un retorno al cine, sino un retorno personal a los orígenes. Mi cine es muy cíclico. La mayoría de las historias terminan en el mismo punto en el que se inician, pero con un arco dramático de los personajes, un periplo vital y emocional que les hace evolucionar, para poder encarar el mismo conflicto de manera diferente y tal vez así avanzar».
Por eso Diecisiete «tiene mucho de vuelta al punto de partida, a mis orígenes. Enfrentarme a una historia más próxima a la esencia de mis inicios, pero desde la experiencia acumulada y la madurez adquirida. Las pequeñas grandes aventuras que nos marcan. Cómo aprendemos a lidiar con ese pequeño trozo de vida que nos ha tocado en suerte. Cómo aceptamos las limitaciones como algo positivo para poder avanzar. La necesidad de amar y sentirse amado. De encontrar tu hueco en el mundo».
En definitiva, «hablamos de una película sobre cómo construir (o reconstruir) un hogar con los trozos de vida que vas encontrando por el camino. Con cada filme intento crear un hogar, una casa, tanto para mis personajes como para las personas que me rodean. Pero sobre todo para mí mismo. El cine siempre ha sido mi refugio. La ficción, el lugar que hace habitable la realidad».Suscríbete a la revista FilaSiete