Doctor Zhivago: una historia de amor contenida
Doctor Zhivago supone una inteligente solución para una novela imposible de abarcar en el cine, un compendio de imaginativas y sugerentes propuestas visuales y un refinamiento del lenguaje cinematográfico, con algunas de las constantes desarrolladas por Lean, para tratar a niveles semejantes los más sutiles sentimientos de los personajes y el fresco histórico que abarca cuatro décadas en la Rusia más agitada. El tono marcadamente anticomunista de la novela del Nobel Boris Pasternak no fue en absoluto obviado por Lean y su guionista, el gran Robert Bolt.
Lean (Surrey 1908-Londres 1991) trató lo intimista en un escenario grandioso, y se rodeó de un amplio aparato de producción para contar sentimientos muy precisos, ya que la película no es la historia de una revolución, sino la historia de lo que les pasa a una serie de personas cuando la revolución choca con ellas. El relato de amor que retrata Doctor Zhivago es una historia de amor tremenda, apasionada, como pocas veces ha dado el cine, en medio de una aventura colectiva como es la Revolución Rusa.
Doctor Zhivago, prodigio de sensibilidad y talento, de narrativa clara y precisa, es una buena prueba de la capacidad de Lean para crear imágenes y contar buena parte de la historia, con un camino paralelo de sugerencias, a través de ellas. Lean utiliza la imagen y la palabra con un sentido de la economía total, y cada elemento está cuidadosamente colocado para cerrar el círculo de los acontecimientos con una apuesta estética y narrativa muy especial.
A pesar de contar unos hechos con un marco histórico muy concreto y una historia de amor de alguna manera contenida (el tiempo en el que Yuri -enigmático Omar Sharif-, y Lara -la bellísima Julie Christie– están juntos en pantalla es muy escaso, no tienen un verdadero encuentro hasta pasada una hora larga de metraje), el director impregna toda la película de una especie de ensoñación que se expresa a través de la utilización del color, la naturaleza, el juego con los espejos y los cristales que recorre toda la película, y la construcción del personaje de Omar Sharif no es un hombre de acción, sino de sentimientos expresados simplemente a través de su mirada, y con un repertorio gestual muy limitado por el propio Lean.
En esa apuesta por la imagen del director, el color es un elemento fundamental, ya que lo utiliza para destacar ciertos elementos y como un recurso narrativo autónomo. Por una parte el rojo, que representa la Revolución, y también la pasión y la agresividad. En muchos momentos de Doctor Zhivago el color está reducido hasta que parece prácticamente blanco y negro, para introducir un elemento rojo como destello en medio de una imagen pálida como forma de expresar la creciente presencia de la Revolución y los bolcheviques. Por otro lado, el amarillo se convierte en la representación directa del amor entre Yuri y Lara (el sol, las flores, los narcisos…).
Otro de los recursos expresivos que recorre toda la película reside en la utilización de espejos y cristales difuminados por manchas, vaho, nieve o hielo, con los que Lean establece una continuidad estética que remite a las dificultades que los personajes tienen para alcanzar sus objetivos y, al mismo tiempo, define una ensoñación o un misterio que llevan el relato un poco más allá de la realidad.
Dentro del juego de sugerencias que David Lean establece en la película, es notable también la representación de los anhelos de Yuri a través de los elementos de la naturaleza, que se convierte en el asidero divino que le rescata en los momentos de zozobra. El paisaje y el horizonte se convierten en una necesidad de primer orden en su viaje en tren, y los cambios de estaciones marcan el transcurso de su vida por las transformaciones que la época provoca en su estado de ánimo.
Doctor Zhivago siempre será, principalmente, una historia de amor y un reflejo de cómo los acontecimientos sociales afectan a la privacidad del individuo. Yuri no rechaza en un principio el ideario de la Revolución, es la injusticia, la mentira y la sinrazón, la invasión de su vida privada, lo que no acepta. Sin embargo, no se rebela, intenta convivir con las nuevas situaciones. Sólo lucha por su derecho a mantener su individualidad, su integridad como ser humano.
La versión en DVD de Doctor Zhivago viene con dos discos y una duración total de 192 minutos. El primero de los discos, con lectura por dos caras, lleva la película completa. El segundo los extras, destacando especialmente «Cómo se hizo la epopeya rusa», un completo making of de Doctor Zhivago de una hora de duración.
Le acompañan otros documentales como «Zhivago, dentrás de las cámaras con David Lean», «La película de David Lean sobre Doctor Zhivago», «Moscú en Madrid» (la recreación de la capital rusa en Madrid), «Pasternak», «Chaplin en Nueva York» (sobre Geraldine Chaplin), «Entrevistas de la prensa de Nueva York» a Julie Christie y Omar Sharif, que se grabaron con diversos medios de comunicación durante la presentación de la película.
Quizás en algunos momentos se repite material entre los distintos documentales, si bien esto pasa aún con extras de DVD de películas recientes. Prácticamente todos los reportajes tienen subtítulos en español.
El sonido es 5.1 Dolby Digital en inglés y español, y tiene subtítulos aparte en estos dos idiomas en otros como portugués, polaco y húngaro.
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