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El Chico, de Charles Chaplin. Un chico centenario

El director británico muestra su enorme capacidad crea­tiva y dinamismo narrativo en esta película que siguen siendo sorprendentes un siglo después de su estreno en cines

El chico (1921)

El reestreno de una nueva versión de El Chico (The Kid, Char­les Chaplin, 1921) en 4K con motivo del cente­nario de su estreno es una buena ocasión para recordar es­ta gran película y ponerla en contexto gracias a la autobiografía de Chaplin editada en España por Lumen.

En 1921 Charles Chaplin llevaba siete años haciendo ci­ne y tenía 32. Era director, editor, actor, guionista, pro­ductor y compositor de la música de sus películas. El Chico fue su primer largometraje y una de las obras más in­mortales y populares de su filmografía. Conocía bien lo que contaba, una infancia marcada por la miseria, una ma­dre ausente y un ingenio desbordante para ganarse la vi­da. «Apenas era consciente de la crisis porque vivíamos en una crisis constante, y yo, al ser un niño, me ol­vidaba fácilmente de nuestras preocupaciones». Con es­tas palabras de su autobiografía se resume no solo la in­fancia, sino también la trayectoria cinematográfica de Cha­plin marcada por un espíritu pionero y un personaje de vida triste con una esperanza a prueba de bombas.

Reír, llorar…

En el primer intertítulo de la película el director ya nos advierte de que la historia que va a contar pretende ha­cer reír y también provocar algunas lágrimas. Aquí em­pezaron los problemas del cineasta con la productora, en aquel momento la First National, con quien realizó nue­ve películas (largometrajes y cortos) entre 1918 y 1922. Chaplin quería amplificar el registro de la comedia dando una mayor carga dramática a la historia con un cierto desarrollo psicológico de los personajes. Eran tiem­pos en los que la comedia se basaba en sketches de persecuciones en los que había caídas y golpes he­redados del teatro y el circo. El Chico sin embargo co­mienza de una manera que desconcertaba: una madre sol­tera que acaba de tener un hijo mientras su marido se desentiende de sus obligaciones. La mujer abandona a la criatura que acaba en manos del famoso vagabundo, des­pués de una carrera de obstáculos muy chaplinesca con policías y ladrones incluidos.


El director británico muestra su enorme capacidad crea­tiva y dinamismo narrativo en esta película que siguen siendo sorprendentes un siglo después de su estreno en cines. La divertidísima pelea callejera o el entrañable desayuno dominical de los dos mendigos muestran in­finidad de detalles que destacan por su universalidad y claridad de exposición: la sábana que se convierte en elegante pijama de fiesta, las lecciones de boxeo de Char­lot al chico para que se defienda, la original higiene matutina… Chaplin encontró a un verdadero niño pro­digio llamado Jackie Coogan que, con apenas 7 años, sa­bía bailar, reír, llorar, caer y golpear con una naturalidad extraordinaria.

El genio que sabía contarse

Chaplin tenía un arte natural para comunicar a todo ti­po de públicos con sencillez e ingenio, y eso es lo que ocurre en esta magnífica autobiografía. El creador ci­nematográfico disfruta contando y hace que el lector le acompañe con gusto. La ironía inglesa del autor hace que la narración sea ágil y desmitificada, muy completa por la inserción de su vida personal en la explicación de su obra artística. Aunque a veces el autor se alarga en anéc­dotas de poco interés y pasa por encima de partes im­portantes de su trayectoria, esta autobiografía expresa como pocas su psicología personal y la época en la que vivió. No hay apenas autocompasión a la hora de re­flejar su infancia y juventud, pero sí hay una vitalidad que concuerda con la explosividad de sus películas.

Asombra especialmente el trabajo infatigable de este ci­neasta que generaba historias y gags a una velocidad ver­tiginosa. Chaplin fue el director de 75 películas e in­terpretó 125 en una carrera meteórica, teniendo en cuen­ta que la llegada del cine sonoro supuso un freno importante en su ritmo de producción. El repaso de los ro­dajes de sus grandes películas como La quimera del oro, Tiempos modernos, Luces de la ciudad, El gran dicta­dor o Candilejas es una invitación constante al lector a re­visionar esas obras que marcaron el séptimo ar­te. Pe­ro también la autobiografía sirve para repasar algunos te­so­ros de su época inicial muy influyentes en cineastas pos­teriores como Charlot en la calle de la paz, Armas al hom­bro, Vida de perro o Una mujer de París.


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The Kid (1921) País: EE.UU. Dirección, Guion, Montaje y Música: Charles Chaplin Fotografía: Roland Totheroth Intérpretes: Charles Chaplin, Jackie Coogan, Edna Purviance Duración: 53 min. Público adecuado: Todos Distribuidora: A Contracorriente Reestreno en cines en 4K: 5.2.2021

Autobiografía
Charles Chaplin
Traducción de Julio Gómez de la Serna
Lumen. Barcelona (2014)
712 páginas. 8,54 € (ebook)

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