El experimento Shadowlands (Tierras de penumbra)
Lo que nos pasó con la música de George Fenton.
En 1993, Richard Attenborough estrenó Shadowlands (Tierras de penumbra). Paramount Channel la emite hoy sábado a las 17.50.
La película no me gusta demasiado. Me empalaga Attenborough. Conozco bien la obra de C.S. Lewis, incluyendo Una pena en observación, el ensayo que da origen a la obra teatral de William Nicholson que él mismo adaptó para la pantalla. Es interesante ver los trabajos posteriores de Nicholson como guionista (Nell, El primer caballero, Gladiator, Los Miserables, Unbroken…).
Y me acuerdo de la música de George Fenton y de lo que me ocurrió hace 12 años con ella.
Hice un ejercicio en clase de Crítica de Cine y TV (tristemente desaparecida asignatura) sobre la apreciación y la glosa de la música de cine y usé la que compuso Fenton para Shadowlands.
Les puse a los alumnos el tema de los créditos finales. Con la pantalla en negro, sin decirles de qué película se trataba. Pedí que cerrasen los ojos y se dejasen llevar.
Y, al acabar, los alumnos (que no habían visto la película, según contaron después) fueron diciendo cosas sobre la historia, que yo anotaba: que iba de un hombre y una mujer. Que estaban en un sitio con paisajes muy verdes y serenos, como Inglaterra o Irlanda. Que había una muerte. Pero también alegría. Pena y esperanza.
Mi sorpresa fue relativa. Antes de la clase, para prepararla, hice el experimento con un amigo matemático. Le puse la música y le dije: cuéntame la historia. Sin pensarlo demasiado, Rafa me dijo: «Es la historia de un hombre que ama a una mujer en un lugar verde y solemne, en el que llueve. Pero al final, ella muere»
Cada año, de un modo u otro, recuerdo el experimento Shadowlands, a mi buen Rafa (recientemente fallecido, que en paz descanse) y lo que se divirtieron los alumnos.