Intocable es una película universal, toca un tema con el que todos tenemos o hemos tenido alguna relación: cuidar a alguien
Intocable, una película universal. El fenómenal éxito de esta película nos lo explica; explicado por su distribuidor español, Adolfo Blanco, patrón de A Contracorriente Films
Intocable, una película universal. Adolfo Blanco es uno de los más experimentados distribuidores y productores españoles. Empezó en Filmax a principios de los 90. Creó DeAPlaneta. En 2004 fundó Notro, una distribuidora especializada en cine independiente y de pequeño formato.
Tras la integración de Notro en el grupo Vértice 360 gestionó también Manga Films, una de las compañías independientes (que no pertenecen a ninguna major americana) con mayor catálogo de nuestro país.
En 2009 deja Vértice y crea, con algunos de los socios iniciales de Notro, A Contracorriente. “Es -nos cuenta- una distribuidora que ha detectado un hueco, el del cine comercial europeo. Huimos de las películas de festivales, nos interesan las que gustan al público independientemente de lo que diga la crítica”.
Tiene pendiente de estreno El chef, una coproducción con Gaumont (la productora de Intocable), con Jean Reno como protagonista y que esperan estrenar en noviembre-diciembre próximos. También estrenarán la británica Grandes esperanzas, una nueva adaptación de la novela de Dickens realizada por Mike Newell (que ya dirigió Cuatro bodas y un funeral y Harry Potter 2), y protagonizada por Ralph Fiennes y Helena Bonham-Carter.
La compañía también está produciendo para TV y cine: una miniserie de Agustín Villalonga, el director de Pa negre, sobre la visita que Eva Perón hizo a España en el año 1947, que se estrenará en TVE y TV3; y el largometraje Insensibles, coproducción hispano-francesa, un thriller de época ambientado en los años 30. Unos niños de un pueblo del Pirineo catalán pierden toda sensibilidad y por lo tanto no temen el dolor. “Eso -señala Blanco– les convierte en peligrosísimos”.
¿Cómo consiguió los derechos para distribuir en España Intocable? A Contracorriente maneja muy bien el cine francés. De esta nacionalidad ya estrenaron la exitosa Pequeñas mentiras sin importancia, una deliciosa película que recaudó 1,7 millones de euros. Gaumont, productora de Intocable, les dio el guión de la película, que ya les gustó mucho, pero el cierre de la compra se hizo en el festival de cine de Cannes donde pudieron ver 12 minutos de la película ya montada. Blanco nos cuenta que ya supo que ésa era una muy buena apuesta.
Le preguntamos sobre las causas que han provocado el éxito de esta película y la diferencia con otras del mismo origen y de similares características. “Pequeñas mentiras… -dice- era una película más generacional, con un público adulto y con cierto nivel sociocultural. A pesar de ser un gran filme tienes que entrar en ella, y entonces seguro que te identificas con algún personaje. El boca-oreja aquí era fundamental pero, repito, para un público muy determinado”.
“Intocable -sigue diciendo- es una película universal, es más corta y fluida que Pequeñas mentiras, toca un tema con el que todos tenemos o hemos tenido alguna relación: cuidar a alguien. Es una película feliz, alegre, conciliadora, donde todo el mundo es o puede ser bueno si se le da la oportunidad. Además la interpretación y la producción son de primer nivel”.
Uno de los hitos de esta cinta fue la premiere mundial como película de clausura del pasado Festival de San Sebastián. El éxito, tanto de crítica como de público, en el certamen donostiarra fue colosal. Según Blanco, esto ya era una señal inequívoca de que estaban ante algo grande.
Intocable, una película universal: El lanzamiento
Para el lanzamiento decidieron que la fecha apropiada sería en primavera, no consideraban que fuera una película muy de invierno, así que se decidió el 9 de marzo, después de la “marea” de los Oscar y con películas en cartel o estrenos que, por target y posicionamiento no parecían competencia.
Además, con los datos de Alemania y Francia en la mano, que eran extraordinarios, especialmente en Alemania, ya que en este país, nos cuenta Adolfo, el cine francés suele tener mucho éxito y películas como La gran juerga y Bienvenidos al Norte ya habían conseguido 20 millones de espectadores. En cualquier caso también en el país galo fue un gran acontecimiento.
Tenían claro que había que jugar fuerte, era una gran oportunidad. Buen producto, buenos datos en mercados similares, ahora sólo faltaba una buena campaña de promoción. El posicionamiento elegido era “la comedia europea del año”, donde utilizarían todos los datos del éxito europeo, especialmente los casi 20 millones de espectadores en Francia, y “un cruce entre Paseando a Miss Daisy y El discurso del rey”: películas amables, de ayuda entre seres opuestos y con un mensaje optimista. La inversión fue superior a lo que tenían previsto y se hizo un fuerte despliegue en relaciones públicas y en medios convencionales.
Además pusieron en marcha una promoción donde podrías optar a conducir un Maseratti o a un viaje a París entre otros muchos regalos. Blanco no quita ni da importancia a ninguno de los pilares del lanzamiento, pero reconoce que el lema “20 millones de espectadores en Francia no pueden estar equivocados” es un mensaje poderoso. Para él, este argumento ha hecho posible que la película haya funcionado tan bien en el estreno, con un boca-oreja que le ha ayudado a mantenerse tanto tiempo en cartelera con buenas recaudaciones.
El resultado
El fin de semana del estreno quedó en 2º lugar del box-office por detrás de John Carter, aunque fue, de largo, la película con más recaudación por copia (más de 6.600 €). La semana siguiente llegó el bombazo: líder de taquilla con un incremento del 15%. Algunos atribuyen el éxito al momento de crisis que estamos pasando. Blanco lo niega. Dice que una película de valores, bonita, que emocione y te haga salir del cine feliz, gusta en cualquier momento.
Al cierre de este artículo, supera los 12 millones de euros y los dos millones de espectadores. Es la película más taquillera del año en España.
Como reconoce Blanco, “el pitch de la película tira para atrás: un negro que cuida de un tetrapléjico. Pero la gente sale feliz porque toca un tema cercano, todos tenemos a alguien a quien cuidar. Además, está tan bien interpretada y es tan divertida… No tiene nada que envidiar a las mejores comedias de Billy Wilder”.
También compara la película con Pretty woman, y no sólo por la escena en la ópera: una película que te hace pasar un rato inolvidable y además gusta a todos los públicos. Los actores (auténticas celebridades en Francia) caen bien, son creíbles, cercanos y muy, muy humanos. La puesta en escena, impecable, buen gusto y abierta, con toques políticamente incorrectos. Una película que a la gente no le importa volver a ver para acompañar a algún escéptico, en palabras de Blanco.
En definitiva, aunque la crítica, especialmente la más ‘ilustrada’, no ha sido totalmente favorable, el espectador ha dado su veredicto y la ha encumbrado como la película más taquillera de la historia en el mundo en habla no inglesa de todos los tiempos. Ahí es nada. Si el arte es la capacidad de despertar emociones, esta película las despierta y te reafirma en que la vida es mucho más bonita con obras como ésta. Y no lo consigue por casualidad.
Tono Irisarri