El niño que decía mentiras: Pinocho de nuevo en cartelera
Pinocho | Érase una vez una marioneta de madera que cobró vida en manos de su tallista, cuyo mayor deseo había sido siempre tener un hijo…
Y así comienza esta historia, que entre 1881 y 1883 (Storia di un Burattino y Le avventure di Pinocchio) tomó forma en manos del escritor Carlo Collodi.
La primera vez que el cuento ve la luz es en las páginas del diario Giornale per i bambini. Un diario creado ex profeso para niños y donde Collodi dejó volar su imaginación en aras de intentar crear una conciencia entre el público infantil, basada en las consecuencias que una mala conducta puede traer a nuestras vidas.
La historia que cuenta Collodi, acompañada de ilustraciones de Enrico Mazzanti, desechando las de Ugo Fleres, difiere bastante de esa versión dulcificada que se ha transmitido de generación en generación, haciendo el deleite de los más pequeños, en los cuentos de alcoba al caer el día.
Los personajes de esta historia (el hada, la ballena…) se entretejen en el relato a modo de reflexión, ya que nuestro protagonista de madera es terco y egoísta y tiene una peculiaridad que lo ha hecho universal (dicen que nos diferenciamos por nuestros defectos más que por nuestras virtudes), y es el hecho de que su nariz creciera en tanto las mentiras brotasen de su boca y disminuyera en la realización de actos buenos y generosos.
En 1940 aparece su primera versión cinematográfica, un proyecto de Walt Disney que, aunque mantuvo sus peores características, utilizó un telón de fondo mucho más infantil y colorista, respetando así el estilo que los espectadores esperaban y que popularizó a nivel mundial el personaje.


El filme no recaudó la suma esperada e incluso puso en serio riesgo de quiebra al estudio. Pero paradójicamente consiguió ganar dos estatuillas, por mejor banda sonora y mejor canción, y se convirtió en la primera película animada en lograr un premio de la Academia.
Entre los personajes más carismáticos se encuentra la figura de Pepito Grillo, que acompañaba y aconsejaba a nuestro travieso protagonista, intentando mediatizar sus pensamientos en virtud de conseguir un cambio sustancial en su comportamiento…
Dicho personaje tuvo un final trágico en la versión de Collodi a manos del propio Pinocho, pero la productora Disney intentó ocultar este hecho en su nueva narración, para buscar un fin más rentable y menos polémico a la película. E incluso planteó la humanización del grillo, vistiéndolo como un hombre de su época, con un elegante atuendo (aunque desgastado) y un paraguas que le acompañaba en sus aventuras y desventuras.
Todo ello molestó a los descendientes de su autor originario, quienes pidieron cuentas a la factoría, pero esto no impidió que la cinta se convirtiera en una pieza maestra dentro del cine de animación, etiquetada como “culturalmente importante” por la biblioteca del Congreso de EE.UU., y seleccionada para su preservación en el Registro de películas de dicho país.
Quizás fue lo anteriormente dicho la razón por la que, en 1971, los nietos de Collodi se apresuraron a recrear la historia de su abuelo de la mano de Giuliano Cenci, en Las fantasías de Pinocho.
En 1972, Luigi Comencini, director de cintas tan populares como Pan, amor y fantasía, se encarga del proyecto de la RAI de adaptar el personaje para una serie televisiva en la que Pinocho es representado como un ser real, que interactuaba puntualmente con el muñeco, como si fueran dos versiones del mismo individuo.


En 1992 contamos con una nueva propuesta animada de la novela, pero en formato de vídeo doméstico, y en 2004 el muñeco toma forma de robot en una visión futurista en P3K: Pinocho 3000.
Cabe nombrar que Disney realizó un cameo del muñeco de madera en una escena de Enredados en 2010, y DreamWorks lo utilizó como acompañante de Asno en todas las películas de la saga de Shrek.
En este mes de septiembre, por fin, tendremos la oportunidad de visionar Pinocho, una nueva película de la mano de Roberto Benigni, estrenada ya en Italia en diciembre de 2019 (con un gran éxito de taquilla) y en la Berlinale.
El primer contacto de Benigni con el personaje fue en 2003, cuando encarnó al propio Pinocho en un proyecto que comenzó a dar forma junto a Federico Fellini y se ve que la historia le hizo mella, cuando decidió retomarla pero esta vez en el papel de Geppetto.
Este Pinocho viene firmado por Matteo Garrone, autor que se mueve entre la ferocidad de Gomorra y la ternura del cuento infantil, dando lugar a esa escena del padre (Benigni) y el niño (Lelapi) que nos recuerda a la estremecedora La vida es bella.
Por su parte, Guillermo del Toro prepara para 2021, junto a Netflix, un musical animado mediante stop-motion con un toque oscuro, basado en el cuento de Collodi, cuya sintonía viene firmada ni más ni menos que por Nick Cave.
Así es que está claro que es un personaje cuya visión particular se ha puesto de manifiesto a lo largo de la historia del cine. Y que cada uno se quede con la versión que más le satisfaga.
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